LA EMOCIÓN CONOCIDA COMO “MIEDO” DESAPARECERÁ (TECNOLOGÍA Y CIENCIA)

LA EMOCIÓN CONOCIDA COMO “MIEDO” DESAPARECERÁ (TECNOLOGÍA Y CIENCIA)

Envuelta en brumas matinales y misterio la ciudad de Santiago de Compostela es hoy la protagonista interplanetaria.

Un incidente ocurrió esta mañana en la célebre librería Bellatrix. Al parecer  una cliente la Sra. Piñeiro empujó una estantería de la sección virtual de poesía, cayendo súbitamente al interior de una sala secreta.

Por un espacio angosto y con escasa luz avanzó hasta ser sorprendida por una extraña mujer, de expresión nerviosa y desconfiada, quien la acometió con toda clase de preguntas. Al comprobar la inocencia de su visitante accidental y preguntarse cómo logró traspasar el suelo descubriendo así su refugio secreto, ésta se presentó como Mainhdra Neyra  controvertida neurocientífica, escritora y ecologista de 145 años de edad de cuya existencia nada se conocía desde aproximadamente dos años.

Según el testimonio de la sra. Piñeiro, más tarde la doctora Mainhdra fue dando muestras de amabilidad y alborozo ante la primera compañía humana real en dos años, concediéndonos posteriormente una entrevista. Así comenzó su relato.

Decidí ocultarme. El Servicio de Inteligencia Emocional aceptó mi proyecto de investigación, pero demasiados curiosos me vigilaban continuamente. El proyecto consistía en reducir del sistema nervioso la emoción más perturbadora del ser humano:  “el miedo”.

Esta emoción localizada en la amígdala cerebral recibe información de peligro (real o imaginario) desde sus circuitos sensoriales, originando una respuesta de miedo o agresividad. Hasta aquí parecería instintiva e importante su función. Sin embargo la mayoría de los  individuos que han sufrido experiencias traumáticas pasadas y otros con un umbral del miedo alto, son víctimas de respuestas condicionadas y limitantes. La educación emocional es insuficiente.

El experimento es una realidad. Lo han experimentado ya 3.000 individuos. La instalación sin cirugía de un programa de sonidos armónicos tántricos y sonidos de frecuencia Solfeggio en la amígdala cerebral, han conseguido no sólo la sanación de emociones, incluso reducir en un 80 por ciento el estrés desencadenado por los mensajeros químicos errados en su interpretación de los acontecimientos.

El descubrimiento tendrá sin duda implicaciones benéficas principalmente en la salud y en el ámbito social, aumentando la confianza en el vivir y la paz interior.

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