La Policía Mundial ha detenido el pasado martes, 04 de octubre de 2050, a Cesar T. Fernandez., de 68 años, acusado de agroterrorismo, tras hallar 3 plantas de tomate no transgénico en su casa, donde también han sido encontradas semillas de pimientos y una semilla de aguacate (planta considerada extinguida tras la Guerra Sudamericana del 2025). Es la mayor incautación de este tipo desde la aprobación de la Ley Ambiental 13.188/41 – con la cual el Gobierno Mundial otorgó al International Monsanto Seedbank el control y la distribución de las semillas ecológicamente eficientes (transgénicas).
Según el Comandante de la operación, Mariano R. Franco, las plantas estaban en estado de floración y todavía no presentaban frutos. Aunque exitosa, los Agentes Robots han tenido dificultades técnicas durante la búsqueda dado que el criminal, de avanzada edad, no tenía ningún microchip insertado y tampoco poseía registros virtuales en ningún tipo de redes sociales. Según el propio Comandante: “se trata de un caso muy raro, pues este hombre vivió al margen del avance tecnológico desde el siglo pasado. Aparentemente tampoco se ha sometido a las vacunas obligatorias durante los últimos 40 años, por lo que estamos muy satisfechos con su arresto”.
El criminal, tras mostrar signos de alteración y agresividad durante la detención, ha sido trasladado al módulo de aislamiento del Centro Correccional Bayer&Pfizer, donde será debidamente vacunado y medicado.
Mediante un holograma enviado a través de su abogado, el agroterrorista afirma que pretende seguir su lucha contra lo que ha denominado: “estandarización psicogenética de las plantas y demás seres vivos”. En caso de ser condenado por el Juzgado Mundial, la pena máxima puede llegar hasta 15 años de medicamentos estabilizadores del comportamiento social.
Finalizada la operación, Aviones Chemtrail del ejército han pulverizado con anti polinizadores el sector Europeu-S-2, donde han sido incautadas las plantas. Las autoridades también han ordenado la realización de controles para evaluar los niveles de modificación en la flora de la región. En caso de una eventual contaminación genética, Jiung L. Chan, coordinador de la Agencia Internacional de Suministros Alimenticios, calcula pérdidas por valor de hasta 150 millones de Eurodólares.
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