El avance de la tecnología en detrimento de las zonas verdes (Naturaleza y medio ambiente)

Desde hace un tiempo atrás estamos observando la masiva desaparición de las zonas verdes en las grandes urbes.

Nadie puede negar los maravillosos avances tecnológicos logrados llegados a la mitad del siglo. Nadie podría pensar hace 30 años, allá por el 2020, que el VIH, el cáncer o la diabetes se podrían curar con una simple cápsula. Pero en el afán del ser humano en jugar a ser Dios, dejamos de lado el «pequeño» detalle de conservar la naturaleza.

Es cierto que a día de hoy somos capaces de provocar lluvias, acelerar el crecimiento de bosques utilizando enzimas… pero la realidad es que los espacios verdes que hacen de nuestras ciudades sitios habitables y que mejoran la calidad del aire que respiramos, están en peligro de extinción.

España es uno de los países destacados en los logros del avance tecnológico, y a la par, uno de los países donde la desertización avanza más rápidamente. Y no es casualidad. Aunque ya nadie muere de cáncer, los casos de cáncer de pulmón se han incrementado en un 19 % respecto al año 2010, y todo a causa de la mala calidad del aire desde que se empezaron a cambiar los parques por sedes de empresas punteras en distintas áreas y a utilizar los bosques como laboratorio para el beneficio exclusivo del avance tecnológico.

Estudios revelados aseguran que Europa será el continente con menos vegetación de aquí a 15 años de seguir con el ritmo de deforestación actual. El continente más avanzado tecnológicamente será el más arrasado ecológicamente hablando.

El ser humano se ha centrado en su vida, y se ha olvidado de la vida en la Tierra. Ya perdimos al lince ibérico, y la única fe que puede quedar en volver a ver uno vivo, es que la tecnología sea capaz de resucitar cadáveres.

Hasta entonces seguiremos extinguiendo todo lo que se cruce en nuestro camino. Demos la bienvenida a la aún pubescente tecnología, y despidamos con gran dolor a la vieja y clásica naturaleza.