La campaña de vídeos en los que una serie de B-reals pide a los parlamentarios europeos que les permita la cancelación de sus perfiles ha instalado el debate sobre la necesidad de legislar sobre la cibermuerte en la UE. “Soy Cristina González Xing, tengo 10 años B-real, y solicito hablar urgentemente con el presidente, porque estoy cansada de vivir virtualmente, teñida de luz digital sin sentir que soy yo. Solo él puede autorizar el borrado de los archivos de descarga de mi identidad a internet. Quiero quedarme dormida para siempre”, señala uno de los afectados.
Ampliamente difundidos en las redes neurosociales, estos vídeos ha impactado a las autoridades y a la ciudadanía, porque en la UE no se había escuchado públicamente que algún B-real pidiese dejar los universos virtuales.
El Europarlamento, a través de su portavoz, Ertugrul Kürkçü, ha señalado que aunque el problema de los B-reals sobrecoge, en la legislación europea no existe la figura del borrado asistido. Casi al mismo tiempo, un grupo de legisladores ha anunciado que presentará la próxima semana una propuesta denominada «Ley de Muerte 2.0». Se espera una fuerte oposición de los lobbies religiosos.
Cristina González Xing, de Málaga, tenía 20 años y sufría fibrosis quística, una enfermedad hereditaria y degenerativa que afecta los pulmones, el hígado y el páncreas. La familia realizó diversas campañas públicas para conseguir el dinero y las donaciones necesarias para descargarla a la dimensión digital creada por R. Chandra en 2031. De acuerdo con su padre R.G.K, que no sabía que su hija había colgado el vídeo, una década de irrealidad ha desgastado emocionalmente a su hija. «Le he preguntado cual es el problema, hemos acudido a e-coachs y a psicólogos neuronéticos, para intentar que se quede, pero ella insiste en que no quiere más, dice que vivir descargado es como besar través de un cristal»
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