La coreografía de los neutrinos

Un equipo de científicos de la Facultad Físicas de Haakkkoiuoj, liderado por el doctor José Antonio González, ha conseguido descubrir la coraza gravitatoria que utilizan los neutrinos para pasar desapercibidos.

—Para que todo el mundo lo entienda, los hemos dejado en cueros —estas han sido las palabras con las que el director del proyecto, el español José Antonio González, ha comenzado la conferencia retransmitida por las principales cadenas televisivas del mundo.

El sueño de todos los investigadores de la física de partículas se ha hecho realidad. Apresar al evasivo neutrino, apodado por algunos como “el corpúsculo enmascarado”, ha llegado a su fin. La perseverancia ha dado sus frutos y por fin se ha conseguido atrapar al escurridizo fugitivo.

La captura del huidizo neutrino ha sido posible gracias al descubrimiento de la “gabardina”, una característica intrínseca a este tipo de partículas que les permite ser su propia antipartícula. Para ello tan sólo se debe rotar la “gabardina” en la dimensión cinco. ¿Qué ocurriría si la rotación se realizara en otra dimensión? Los estudios teóricos demuestran que en las tres primeras dimensiones, perderíamos de vista al neutrino. Esto es así debido a la Oscilación de los Neutrinos, un “bailoteo” que realizan nuestros enigmáticos neutrinos, parecido al “me lo quito, me lo pongo”. De esta forma consiguen burlar las investigaciones científicas y los neutrinos muónicos pasan a ser  electrónicos o taunónicos. Rotar la “gabardina” en la cuarta dimensión permite viajar a través de túneles cuánticos. Ésta dimensión ha sido comprobada de forma experimental. Gustavo Martínez, un becario del doctor González, se presentó voluntario en el experimento realizado en la Universidad Haakkkoiuoj. Con una velocidad ligeramente mayor a la de la luz, Gustavo fue trasladado por un  grupo de neutrinos a casa de su abuela en Murcia. El resto de las dimensiones se encuentran aún en estudio, aunque se sospecha que otorgan la posibilidad de realizar viajes astrales. ¿Tendremos en nuestro poder las llaves que abren los agujeros de gusano?

(1.  Tecnología y ciencia)