Tus postales arribaban desde Sicilia con imágenes de bellos paisajes, un mar profundamente azul, pinturas antiguas de amores apasionados, monumentos increíbles. Esas postales sirvieron para tejer en mi alma una telaraña de sueños, de esos que con infinita paciencia nuestro corazón nos reclama, de vez en cuando para sentirnos vivos. Finalmente decidí viajar a esa hermosa tierra siciliana. No encontré el amor que tus cartas parecían prometer, pero sí me enamoré del mar azul y profundo de Sicilia, de su cielo, del verde de su tierra.
Un sueño…un viaje…y un muchas gracias a la Infinita sabiduría del Universo que nos pone en el camino aquello que necesitamos para continuar adelante en los aprendizajes que nos depara la Vida día a día.
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