"EL CASAMIENTO DE LOS INMIGRANTES"

Terminaba la guerra, el sol brillaba más fuerte;  renacían esperanzas y proyectos. Y algunos, como María y Rafael, lograron reencontrarse para concretar ese deseo postergado de unirse en matrimonio, no obstante la pesada mochila que cargaban en sus espaldas; vivencias imborrables de la guerra, consecuencias emocionales, físicas, sociales, económicas, de toda índole , a las que debían adaptarse.

De modo que para algunos, el casamiento era el comienzo de una historia nueva, en cambio para otros, el final de una vieja historia.

Rafael, experimentando la opresión posguerra, siguiendo sus ansias de libertad, decidió partir con su esposa hacia América, considerada la tierra prometida.

Ya en el barco, se confundían deseos, sentimientos, temores;  porque mientras para unos era una partida elegida, para otros una huida obligada.

Ese viaje,  podría significar la puerta de la libertad o el camino hacia la esclavitud. Aquellas tierras desconocidas, fortalecían esperanzas de trabajo,  crecimiento económico, formar familia, o temores de mayor soledad y diversas penurias.

Ahora todos formaban parte de ese barco que los alejaba de su patria y a medida que la costa iba desdibujándose ante sus ojos, hundían en las azuladas aguas del mediterráneo: broncas, dolores, ilusiones, frustraciones, proyectos, sueños…… 

Y todo pasó tan rápido…………Llegar, pisar tierra nueva, observar, buscar, encontrar,  encontrarse,  arraigarse, trabajar, crecer,  formar familia. 

No era fácil en ese nuevo mundo, tomar la decisión adecuada y poder elegir,  resultaba complejo usar la mente, puesto que para muchos,  el corazón aún guiaba sus actos. 

La vida de los inmigrantes está inmersa en un destino de contradicciones, vivir con nostalgia y alegrías, con seguridad  y temor, con agradecimiento y resignación, con desánimos y fortalezas, con risas y llantos….

Porque están aquí y están allá, despiertan y recuerdan, como si hoy fuera ayer, como si nunca hubieran atravesado ese mar inmenso, como si todo estuviera igual. 

El tiempo trascurre con amigos que comparten, acompañan; pero igual la nostalgia persiste y a pesar del temor al reencuentro, miedo por la familia partida, algunos que ya no están y aquellos otros  que desconocen; las raíces permanecen y el afecto sigue intacto,  por eso un día, 40 años después,  María y Rafael decidieron volver.

El regreso es una asignatura pendiente,  probar sentimientos, caminar sin miedos…….

Al ver nuevamente la otra orilla, el corazón late fuerte, otra vez emociones encontradas, se mezclan  alegrías y  temores…

Las manos transpiran, las piernas flaquean y los pies… vuelven a pisar el suelo amado que los vio nacer, lágrimas mojan las mejillas y se juntan con el surco de la sonrisa….

Llegar, reencontrarse con tantos cambios… Las cosas, la familia, los amigos, pasaron 40 años…aunque parece ayer y sin embargo los mismos olores, el mismo cielo, la misma tierra, la misma luna , el mismo sol!!!!

Y otra vez, emociones encontradas… felicidad, bronca, rencor, paz, gratitud, dolor,  satisfacción, tranquilidad… y ya no poder elegir si este o aquel es su lugar en el mundo, si este es otro comienzo o el verdadero final….