Coraje y sumisión

Coraje y sumisión

María Marí Roig

29/04/2014

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No puedo recordar quién puso esos rulos en mi pelo, ni qué edad tenía, pero ha permanecido en mí el latido del frío portazo que me arrancó de los brazos de mi madre para siempre. Otra puerta profunda y una oscura niebla cargada de preguntas me estremeció. Sobresaltada por las voces de seres inciertos, un carruaje me llevó a mi destino; como latigazos en mis sienes sentía el galope seco sobre los huecos del camino.

Aprendí a cuidar, a servir, a callar, a vivir rodeada de una muralla que construí a mi alrededor.

Tengo ecos de mi adolescencia descalza sobre la tierra mojada, alfombras de hierba seca arañan mis pies, siento frío en el umbral de la noche y recorro un camino denso acechado por los ojos lascivos de un «hermanastro» que me atormenta; un pequeño camastro arropa mis miedos y acurruco el cansancio en los sueños de la noche.

El rebaño de ovejas y las montañas eran mi refugio.

Pasaron los años, lentos…

                 _OTOÑO DE MI JUVENTUD_

Una tarde de primavera, tuve una sensación especial, olía a cambios: En la brisa plateada de un sol casi marchito, en el aroma de los lirios a la entrada del porche, en el rumor de un domingo de festejo, en la sombra de aquella silueta…

Y, una voz:

__»Buenas tardes señorita, estoy seguro que es Ud. Catia, la mujer que deseaba conocer, he venido caminando desde lejos, me han hablado muy bien de Ud.»__

__Una amplia sonrisa y un nuevo brillo en los ojos por respuesta.

Otra puerta se abría…poco a poco, liberadora, limpiando traumas, tomando conciencia que el pasado había tatuado mi esencia pero ya podía expresarme.

Trabajamos, trabajamos, trabajamos…, siempre de la mano construimos UNA VIDA.

Un frío enero Él nos dejó para siempre. Cincuenta años juntos y una sola hija: Rebelde, inquieta, caprichosa; ella quería romper con las costumbres de la época y discutíamos mucho, siempre.

                       __NOVENTA Y UN AÑOS__

Una mujer diferente cada día, abre la puerta y la ventana de mi habitación todas las mañanas. Trajina, me trae comida, me mueve mucho en la cama. Debe trabajar en este sitio que desconozco y que, seguramente, me habrá olvidado mi hija. Hablo mucho con cada una de ellas, cosas de mi vida que jamás había contado a nadie:

__»Mi madre era una mujer de una ciudad cercana, viuda, tuvo una aventura amorosa y se quedó embarazada de mí. en los años veinte esto era una vergüenza para su familia y me dejó en un hospicio. Años más tarde, todos los veranos, venía a verme, pero nunca la perdoné. La primera familia que «me adoptó», a los quince años, «me alquiló» a una segunda, para trabajar.»__

A veces, estoy muy confundida y les pregunto por los niños que cuidaba, el rebaño de ovejas, el huerto…,pero poco a poco se diluyen las imágenes y hablando y hablando…, me quedo dormida.

_«BUENAS NOCHES MAMÁ, QUE DUERMAS BIEN, TIENES QUE ESTAR MUY TRANQUILA Y DESCANSAR, SIN PREOCUPARTE DE NADA. HASTA MAÑANA»_

FIN

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