Resolvieron borrar todo vestigio de su existencia. No fue una decisión apresurada. En un Quórum perfecto, la familia decretó la muerte oficial de su memoria. Las circunstancias del deceso fueron macabras, el único camino a la continuidad era olvidar. Entonces, en un acto de supervivencia sus fotos fueron removidas de los álbumes y los portarretratos, sus ropas donadas a la caridad pública y sus libros terminaron en los anaqueles de una biblioteca. No viene al caso mencionar el grado de consanguinidad del traidor, más importante es conocer el motivo de su crimen. Introdujo una de las pocas fotografías en las que la suicida se veía feliz, en la página 77 del libro: OPERACIÓN PETER PAN: Un caso de guerra psicológica contra Cuba. El texto permaneció tres años en el apartado de Política Internacionalhasta que un adicto a Borges y a las teorías de conspiración tuvo compasión por su soledad. El omnívoro engulló el libro con deleite y empezó a usar la fotografía como marcapáginas. Días después se sumergió en una relectura frenética de Ficciones. La foto de la suicida separaba las páginas 182 y 183 del libro más popular del argentino. Su línea horizontal superior subrayaba la frase: «El universo físico se detuvo» de la página 182, de la 183 remarcaba el enunciado: «No disponía de otro documento que la memoria». Antes de que la foto acariciara el inmundo piso de la plaza; la suicida fue testigo del Milagro Secreto que permitió a Jaromir Hladík finalizar su drama. La foto recorrió por semanas las calles del distrito de Gràcia como si se tratase de la clásica bola de heno de las películas de vaqueros. El sol decoloró la imagen de la suicida en tres franjas de color pardo que si se miran de arriba hacia abajo pierden en intensidad. Los grumos del tercer ribete son cortesía de una pisada. Una pequeña que caminaba de la mano de su madre tomó la fotografía. La niña se quedó hipnotizada con la imagen. Su madre, que tenía una conversación agitada por el móvil decretó que la esperase en la mesa de la terraza. La pequeña sacó de su bolsa un resaltador y dibujó en el anverso de la foto una cara feliz, un corazón, un árbol y un sol. Luego de finalizar su obra de arte tiró la fotografía. La suicida peregrinó dos meses por las calles hasta que un hombre recogió la foto. Leía: Entrevistas breves conhombres repulsivos. Específicamente el relato: La persona deprimida, texto en el que DFW disecciona el estado anhedónico de una mujer de mediana edad. El lector también estaba deprimido, tanto que olvidó el libro. La mujer canosa se cruzó con el hombre y al mirarlo sintió algo parecido a la desolación. Ordenó un cortado y se dirigió a la mesa. Abrió el libro en la página 55 y cuando observó el marcapáginas se echó a llorar. El estado actual de la fotografía se debe a la mano de un restaurador.
Por: Andrés Ramírez Mejía
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