Comienzo de "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón

«Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.
—Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie —advirtió mi padre—. Ni a tu amigo Tomás. A nadie.
—¿Ni siquiera a mamá? —inquirí yo, a media voz.
Mi padre suspiró, amparado en aquella sonrisa triste que le perseguía como una sombra por la vida.
—Claro que sí —respondió cabizbajo—. Con ella no tenemos secretos. A ella puedes contárselo todo.Poco después de la guerra civil, un brote de cólera se había llevado a mi madre. La enterramos en Montjuïc el día de mi cuarto cumpleaños. Sólo recuerdo que llovió todo el día y toda la noche, y que cuando le pregunté a mi padre si el cielo lloraba le faltó la voz para responderme.»
He elegido este comienzo porque cuando lo leí atrapó mi atención desde el primer momento. Además de estar bien redactado y transportarte a las calles de Barcelona, quiero señalar lo que creo que hace que quieras conocer la historia: «El cementerio de los Libros Olvidados» y el hecho de que lo que le va a enseñar allí sea un secreto que no puede contar a nadie. Es un comienzo intrigante y mantiene el suspense durante toda la obra. Lo recomiendo.