Amigo te escribo amoroso, pensando razonablemente que tal vez no te acuerdes de mi, y cuando veas mi retrato me desconozcas, soy yo; él que cree en las señales, tú y yo nos parecemos y nos pareceremos siempre, solo que el camino nos separó, te recordé amigo, nítidamente y esa fue señal, para desear escribirte:
Es claro que él que aquí en este planeta nace ha venido a necesitar, a sufrir necesidades, y que hay algunas que inevitablemente debe satisfacer.
Es claro que sufre menos el que a necesitar menos APRENDE.
La necesidad, es menester para humanamente existir, y hay varias necesidades.
Ha pasado el tiempo, yo he aprendido a necesitar menos cosas, me jacto por que lo se, pero me da una curiosidad enorme saber;
¿de dónde venimos?,
¿por qué hemos nacido aquí?,
¿por qué debemos a aprender a no sufrir?
¿aprendemos?,
¿hacia dónde iremos después?,
ó ¿jamás iremos después a otro lugar?…
Amigo lloro lágrimas de alegría, he recibido ayuda de una buena persona y se que esta postal llegará a ti en algún momento y se que ese día también saldrá el sol .
Destinatario:
Adrián Avilés, filosofo entrañable.
Av. Vergel no.22, Valle de Bravo,
C.P.51200 México
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