Camino al Umbral

…Morir Oruga y nacer Mariposa

Es lo que llega a mí cuando escucho el verbo migrar.

En cada guardia de labor yo solía tomar mi bolso, llenarlo con uniformes, ropa interior y algo que me recordara a casa, organizaba la comida de mi hijo Víctor, y partía sabiendo que al regresar, sería distinta; como si con cada proceso dejara atrás ilusiones tontas que velan la vida. Me sentí una viajera durante años.

¿MIGRAR? ¿Por qué migrar sería solo un movimiento físico? ¿Y los estadios emocionales donde sufres, desesperas, lloras, crees desaparecer y repentinamente respiras?, ¿acaso la simbiosis vital no implica un movimiento para adaptarse y vivir? Entonces resulta ingenuo atribuir el significado de migrar a un movimiento físico, exclusivamente; sería como hablar sólo “de la muerte de la oruga“, ¿y en dónde dejamos el nacer de la mariposa? El emigrante es una oruga que se transforma en mariposa, y lo relevante no es la meta, sino lo vivido durante el camino.

Tomo mi maleta y la abro, para honrar esas vivencias, mostrar cómo es que andar junto a muchos llena de amor, colma la vida, anima a cruzar fronteras, inspira la transformación. Pienso que existe una analogía entre frontera física y emocional, ambas se cruzan para llegar a otro estadio y al hacerlo comprendes que no somos extranjeros, porque los afines, tarde o temprano, se unen y comparten sus diferencias.

Oruga

Saco la historia de Gregorio Francisco, 74 años, portugués residente en Venezuela Había sido enfermera de sus padres tiempo atrás y cuando una enfermedad le hizo estremecer, pensó en mí para asistirle por sufrir lesiones en su columna vertebral.

Fue un hombre que vivió para verse caminar, no para la enfermedad. Se dedicó a experimentar su proceso a plenitud, muchas veces lloró cual niño, en su jardín confesándome que deseaba vivir, hombre sensible que se entregó a mi compañía, confiando le sostendría cuando flaqueara y quien , ha sido uno de los pacientes que estuvo más cerca de sanar, se ocupó de buscar la verdadera causa de su enfermedad: cuándo la produjo, cómo liberarse de creencias y barreras que le aprisionaban, etc.

Lloré como nunca su partida, lo extrañaba cada día, porque fue un ser que me mostró vulnerabilidad, humanidad, belleza,protección,amor y me permitió ver su umbral. Aún cierro los ojos y veo la imagen de plenitud y felicidad que tenía mientras corría hacia él, recuerdo la energía de esa experiencia, mágica y valiosa, un tránsito árduo ,en 12 años de ejercicio profesional junto a personas terminales, Jamás había llegado tan lejos. Él sufría un paro respiratorio mientras yo veía cómo corría con fuerza hacia esa puerta multicolor, llena de luz…

Meses después de su partida, sufrí un ACV isquémico que borró muchas cosas de mi memoria .Aun así recordé a Gregorio Francisco y todos mis pacientes con quienes compartí sus  ocasos,sus vivencias pasadas, como si fueran una tela transparente y sutil que me guardaban; enferma, con dolor, sin poder moverme, con mi vitalidad tambaleante. Fue un proceso muy duro, porque ya no vestía de blanco, ni acompañaba, ni sostenía, simplemente era yo, en mi estadio más vulnerable. El primer día me sostuve, saque coraje y resolví, el segundo, dolía todo y el tercero, hasta me caí intentando buscar agua así que no aguanté y lloré fué derrumbarse, estando de pie, sentí compasión de mí, estaba sola y no contaba con nadie más que Víctor de 13 años; No creí posible que algún día me enfermara. Era una pesadilla. Mi cuerpo no era el mismo. Tanto que deseé tener 40 años y me pasa eso.

Mariposa

Tiré la toalla y comencé a mirar por las ventanas, siempre encontrando una montaña plena de vida, con familia de gavilanes, el Ávila , y las lunas en sus ciclos, amaneceres perfectos y cálidos atardeceres, que creía exclusivos. Ya no volvería a ser igual, tampoco sentía en qué me convertía ahora, no me importaba, sólo quería vivir,  para mi hijo, para mí, para la vida.

Comencé a tratarme como a mis pacientes, ya que me había convertido en una de ellos. Elegí cambiar, pues, toda parada trae aires de transformación e inicié por las cosas que no me gustaban: comer sardinas, pedir, esperar, llorar, desear, no pensar, permitir,usar  las vísceras para escribir y no como defensa . Continué amándolo todo y a todos. Aún con sensaciones de lucha y gesta ,habiendo viajado por tantas emociones, casas,rostros,experiencias,fronteras humanas que me mostraron mis umbrales y surgen a veces de mi memoria ; decidí arreglar mis papeles para irme a España o a Argentina, en mi nueva posibilidad, comprendiendo que en un andar sin fronteras internas o externas, mi lugar es el mundo.

…en un ciclo vital llamado migrar

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