SUCEDIO EN AGUAS MANSAS

SUCEDIO EN AGUAS MANSAS

Alicia Prack

03/09/2013

Descendemos del tren mientras alguien exclama:
-Buenas tardes, señorita Emilia! 

Un caballero elegante me mira desde el andén de la estación de Aguas Mansas. Con  mi hermana Jorgelina pasaremos unas breves vacaciones en la casona de los tíos.

Luego de cenar convertimos la sobremesa nocturna en una velada entretenida.
De pronto, suena el llamador. El tío abre la puerta y no puedo ocultar mi asombro al ver al mismo caballero elegante que me saludó al llegar.
-Buenas noches – dice – deseo invitar a la señorita Emilia a ver y escuchar la orquesta Filarmónica de Viena, el próximo sábado…
El tío le dice que eso es imposible. El hombre, con gran desencanto, da media vuelta y se aleja. El tío opina que ese caballero no está bien de la cabeza y nos reímos divertidas.

Al día siguiente, en Aguas Mansas, todos hablan del suicidio del caballero en cuestión. Su carta explica que no desea vivir sin su amada Emilia.

Llega el momento de regresar a casa y la despedida de los tíos en el andén de la estación está teñida de tristeza.

 La voz de Jorgelina quiebra el estupor que me envuelve:

-Al llegar a casa olvidarás lo ocurrido, …María.

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