Nadie sabe nada.

Sentarse, encerrada en tu propia cabeza, sientes que no hay mundo para ti,

un  universo de carreteras por donde pasan a toda velocidad millones de pensamientos y recuerdos, notas que no puedes retener ninguna cosa y a la vez, todas se te antojan buenas, ¿como poner orden?, ¿como retener alguna?,

cerrar los ojos y dejar volar la imaginación, visualizar tu mundo ideal, tus anhelos, los deseos ocultos, los viajes deseados…

Y así, atrapada en tus silencios, tratando de buscar tu propio eje… languidece un día mas en el que nada ha pasado.

Te preguntas, ¿ cuando despertarás?, ¿que ha de pasar?, ¿cuantos trenes mas?, ¿a cual te subirás?.

Mañana volverá a amanecer y quizá, sólo quizá, cualquier pequeña cosa pasará.

Vuelves a sentir que todo se ha parado para ti, no dejas de ve gente que pasa a tu lado, que van y vienen y que apenas se detienen, 

te angustia pensar que todo el mundo sabe a donde va, y tu, sigues ahí, parada, sin ilusiones, te preguntas,¿y mis sueños?, ¿y mis ambiciones?.

Abrí los ojos y sonreí comprendí, por un pequeño instante,que todo se ve distinto, y que solo a veces, quizá, es mejor mirar desde el anden.