…Por eso la próxima vez que vuelvas a mirarme desde el andén, fíjate y verás que yo me veo en el tren que va hacia el otro lado.
Claro que comprendo que no siempre habrás de estar dispuesta a los encuentros y que hasta se puede vivir de igual manera sin prestarme atención. Jamás me sentí el centro de nada, aunque la gente –sobre todo las mujeres hermosas como tu- suelen coquetearme y bueno… ¿Cómo no devolverles su propio gesto?
Yo se que eres casada, alguna vez te vi con él y créeme que olvido al instante a quienes pasan, sin mencionar jamás recuerdo alguno… Pero tú eres distinta.
Discúlpame esta confesión que no pretende incomodarte, sino hacerte saber que existo, aunque tal vez no importe demasiado.
Te saluda cordialmente:
El espejo de la estación de Atocha.
OPINIONES Y COMENTARIOS
comments powered by Disqus