El amor y el absurdo

Desengañate, el amor es absurdo – dijo ella después que él le dijese que la amaba.
Había sido un «te quiero» prematuro, influido por una noche de sexo y por un cuerpo precioso.
Estuvieron tiempo manteniendo una relación de amor-odio, se estaban conociendo. La separación fue amistosa cuando la cosa ya no funcionaba.

La llamó. Ella le dijo que había vuelto con su antiguo novio y comenzaron una nueva experiencia en la que él volvió a enamorarse. El triángulo funcionó hasta que el día de año nuevo volvió a decirle que la quería. Descubrió qué ella tenía encuentros casuales de solo sexo. La dejó sin remisión. En tres días volvieron a verse y decidieron irse a vivir juntos. Un año feliz lleno de ilusiones, después llegó el día en que ella le agredió físicamente.

Ahora mientras la veía partir desde el anden de la estación rumbo a Santander a vivir con su antiguo novio, su hombre de transición, él supo que el amor era realmente un absurdo.
Sonrió y se encaminó hacia una nueva vida. Sí, lo había comprendido. Rápidamente se dirigió a la taquilla de venta de billetes y compró uno para el siguiente tren con destino Santander.