El cataclismo mundial; nos dejó en la oscuridad: sin electricidad, sin ruido. Ya no existen los vehículos, ni aviones, ni los trenes.
Todo formaba parte de un pasado glorioso en tecnología, solo quedaba, el andén; Los viejos raíles, se opusieron a su desaparición vestigios de una gran civilización.
Ya no hay carreteras, ni autopistas, ni aeropuertos; El andén es el único camino conocido y, el sueño de muchos: Encontrar el andén, para llegar a un destino seguro.
Yo vivo allí, y desde el andén, veo cada día, kilómetros de personas transitar por el andén. Trenes humanos, que quieren ser llevados por las pisadas del Andén.
Desde el andén, la vida es más agradable, pues la gente ríe, cuando llega al andén.
Desde el andén se vislumbra un futuro. Muchos meditan estando en el andén.
Desde el andén imaginamos que todo vuelve a ser como antes fue:
Que el tren llegará, y de este abismo nos sacará.
Que en la próxima estación, encontraremos una vida mejor.
Pero, al despertar, te encuentras con la cruda realidad.
Solo me queda soñar, soñar.
Desde el andén veo la vida pasar…
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