Cada día, desde el anden de cualquier ciudad, se recrea la realidad de sus habitantes, unos van otros llegan; madres lloran, niños juegan; se refleja la cultura del lugar o las vivencias de un hogar particular.
Sobe el espacio de cualquier anden, se conoce la gastronomía popular, la creatividad de la gente o la necesidad de educar.
Desde el andén, se ve desfilar desde un príncipe de paz hasta un guerrero infernal,sobre su acera se evidencia igual el bien o el mal, la opulencia y la necesidad.
Sobre el andén se refleja además la injusticia humana con el animal, el caballo maltratado y desnutrido que hacen a la fuerza trabajar, perros abandonados e ignorados que claman por una migaja de pan.
También desde el andén, se ven las alegrías de un bazar, el arte callejero muy particular ,sitio de sano esparcimiento al caminar, lugares para degustar la bebida tradicional y hermosas luces navideñas ves brillar.
En noche de velitas, con tus vecinos puedes conversar y algunos hasta se ponen a bailar cuando se trata de celebrar.
Versátil andén de ciudad, donde cada mañana salen los vecinos a trotar alrededor del gran parque local, mientras yo llevo mi pero a pasear.
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