HAY COSAS QUE LA TECNOLOGÍA NO PUEDE ARREGLARLAS PARA TODO LO DEMÁS EXISTE DIOS.

HAY COSAS QUE LA TECNOLOGÍA NO PUEDE ARREGLARLAS PARA TODO LO DEMÁS EXISTE DIOS.

EL DIOS TECNOLOGÍA

Me decía un amigo muy cercano  que la “era de eras había llegado”, que en estos días era tan fácil prescindir de Dios (sea cual fuere su nombre) con la ayuda y apoyo de la tecnología  que él estaba seguro que a pesar de haber sido un católico convencido por más de 50 años consecutivos; le resultaría fácil convertirse en  un ateo acérrimo, porque Dios, había perdido importancia.

Después de mi breve encuentro con este amigo de antaño al dirigirme a mi casa y acostarme para recuperar ideas y fuerzas confieso que no pude conciliar el sueño, y es que no era para menos pues mi conciencia y mi mente que usaba como aliada a la razón  se enfrentaban en una feroz batalla que para mí como único juez era un dilema ético difícil de resolver  y entender. ¿Tenía importancia o no  Dios en estos días, donde la tecnología lo abarcaba todo, o al menos casi todo?

¿Será verdad lo que dijo mi amigo? me preguntaba con insistencia ansiosa.

De pronto en medio de mis cavilaciones escuche el teléfono que sonaba con su unísono tono contestando el mismo para enterarme que la esposa de mi amigo, justamente el mismo con el que había mantenido la conversación  en la mañana sobre la no necesidad de Dios en la vida cotidiana  había sufrido un accidente.

Me vestí presuroso y en poco tiempo estuve en el hospital imaginándome que sería importante mi ayuda aunque sea moral ante este nefasto acontecimiento pero  para mi sorpresa mi amigo no había cambiado de opinión con respecto a lo no necesidad de Dios en su vida y más bien me había llamado para que yo pudiese contemplar con mis “propios ojos” las maravillas que ofrecían la ciencia y tecnología de una vez por todas.

Mi amigo me explico que su esposa había sufrido un brutal accidente de tránsito en el que  se encontraban comprometidos algunos órganos de su cuerpo y una de las extremidades superiores y las dos inferiores. Al momento se encontraba en una complicadísima cirugía la cual podíamos observar no virtualmente sino en “vivo y en directo” gracias a la tecnología de punta que ofrecía dicho hospital.

Después de ocho horas de agotador trabajo salieron del quirófano un grupo de siete médicos los mismos que se acercaron donde mi amigo para decirle que su esposa estaba fuera de peligro.

Mi amigo lejos de agradecerle al ser supremo de su fe se río a carcajadas de Dios; lengua y corbata se confundían en la sala del hospital en contra del gran arquitecto del universo, mi amigo exclamaba que al fin el hombre no necesitaría más de este ser supremo.

Uno a uno los médicos le explicaron lo que habían logrado durante la cirugía…Explico el primer médico que al presentar la esposa  de mi amigo un pulmón perforado producto de la presencia de un cuerpo externo tuvo  que colocar un pulmón sintético hecho con la última tecnología disponible que funcionaba a la perfección.

El segundo médico dijo que la arteria encargada de llevar la mayor cantidad de sangre hacia el corazón  estaba taponada pero gracias a un dispositivo electrónico del tamaño igual a la mitad de la cabeza de un alfiler monitoreado a distancia había logrado destapar dicha arteria siendo un éxito su labor.

 El tercero explicó que el corazón se hallaba muy lastimado en su ventrículo derecho por lo que tuvo que implantar uno nuevo gracias a que en Europa se había logrado generar órganos clonados a partir de donantes voluntarios con un éxito increíble.

El cuarto médico dio cuenta a mi amigo que había tenido que realizar un implante de un brazo robótico revestido por células humanas que daban la apariencia de que ser tan real que solo tocándolo se sabría que no lo era.

El quinto medico dijo que aunque tuvo que amputar ambas piernas, le había colocado a su esposa unas piernas de un donante y que gracias a la regeneración de células madres en laboratorio al poco tiempo se fusionarían  con su cadera.

El sexto médico le dijo que a pesar de que el golpe fue tan fuerte en su cabeza había logrado generar casi todos los recuerdos disponibles almacenados en su cerebelo  y que con un poco de terapia post operatoria se completarían sus recuerdos al cien por ciento.

El séptimo médico le dijo que él había sido el encargado de monitorear virtualmente en el cuarto contiguo al de la operación de su esposa todos los signos vitales advirtiendo un mal funcionamiento de inmediato al resto del equipo.

Mi amigo satisfecho con todas las explicaciones agradeció a los médicos quienes se retiraron dejándonos solos.

Advertí que mi presencia no era ya de ayuda (nunca lo fue), y deseándole a mi amigo que su esposa se recuperase lo más pronto posible me retiré del  hospital.

Camino a mi casa medite sobre los increíbles avances científicos que la tecnología ponía a disposición de los seres humanos, y aunque nunca dude de la importancia y existencia de Dios mi vida continúo con bastantes dualismos después de aquella anécdota.

Un dia de mayo cuando el invierno empezaba a perder su fuerza volví a encontrarme con mi amigo al que lo note deprimido, al preguntarle por su esposa me dijo que hacia deporte a diario y que no presentaba ningún problema físico después de tan exitosa operación, causándome curiosidad su estado de ánimo ya que por el contrario después de tan cruel accidente de tránsito y tan excelentes resultados médicos el debería ser el tipo más feliz del mundo…. Y es aquí donde mi amigo me confeso lo siguiente:

Después de tan complicadísima operación  mi esposa tardo casi cinco meses para poder llevar su vida normal  pero nunca recordó que me amaba con ansias locas…trate por todos los medios de que vuelva a recordar cuanto me amaba pero no lo logre….acudí donde los más prestigiosos gurús (maestros espirituales), hipnotistas y guías del alma sin solución a la vista; intente con poemas de Bécquer y Benedetti ensalzar su belleza pero todo fue inútil.

Al no encontrar solución terrena disponible ni efectiva opté por recordar a ese Dios olvidado en aquella vieja capilla y aunque sabía que yo lo había negado con tenaz convicción, le pedí que me devuelva a mi esposa amable y querendona cuanto antes.

Dios no me contestó en la capilla quizá porque lo prefirió de este modo pero al salir de aquel lugar sonó mi celular y un tipo preguntó por mi esposa, deseaba saber cómo seguía después de la operación, mi sorpresa fue grande al preguntar por su nombre ya que me contesto que era un enviado divino (asistente informático del mismísimo Dios) encargado de ayudar a mi esposa durante esos difíciles momentos que vivió. Con mucha indignación y prepotencia le dije que había hecho mal su trabajo ya que si bien era cierto que mi esposa no tenía complicaciones post operatorias, él había olvidado sanar quizá lo más importante que eran los sentimientos de mi esposa hacia mí; y fue aquí donde este misterioso señor me explico que durante la operación había conversado con mi esposa para asegurarle que todo saldría bien y antes de terminar su conversación ella le había pedido que ya que sería un nuevo inicio en su vida haga lo posible para que todos los recuerdos negativos y dolorosos no la persigan más, deseaba amar con inocencia y límpida devoción , ansiaba ser una nueva persona.

Fue ahí me dijo mi amigo que entendí que yo formaba parte de esos recuerdos negativos y dolorosos y esa era la razón para que ella no me “amase” como yo ansiaba que lo haga; la ciencia había cumplido a cabalidad su trabajo, pero cuando se trata de amor nada puede esta hacer.

Mi reflexión es la siguiente ….Si bien es cierto que la tecnología ya gobierna nuestras vidas, también es cierto que lo medular de todo esto conocido como vida…no está en la ciencia ni en el consumismo voraz sino en la calidad de vida que tengamos.

ATT: LCDO. CAPT. DE I. MARTIN GALLARDO

 

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