Lo que la tecnología une, la tecnología separa?

Lo que la tecnología une, la tecnología separa?

Maria Jose Romero

20/02/2013

Luciana no comprendía que es lo que había pasado en su relación con Federico, es decir, como le dijo a su abuela Creí que era the one, abu!

Entonces qué salió mal? Preguntó Doña Melinda con curiosidad.

Les resumo la historia:

Federico era venezolano y ella era colombiana, en ese momento estudiaba en España, se conocieron por facebook e intercambiaron pines. Qué maravilla de tecnología que les permite estar cerca! Durante el día pasaban chateando por el blackberry MNS, en la noche por skype, actualizaban fotos  en  facebook y se prodigaban su amor por twitter.

Tiempo después él compra un iphone, ella un ipad!. En  la mañana chateaban por whatsapp, Media tarde, se enviaban videos que se dedicaban y por la noche usaban Tango!

Fede, decide viajar a España. Ella, horas antes del encuentro, les iba narrando a sus seguidores en twitter, lo emocionada que estaba, más de un seguidor le hizo un unfollow, seguramente cansado de esa cursilería

Llegó Fede. Que abrazo más grande que se dan! Que beso más intenso!,y foto de la llegada, del abrazo, del regalo. Que el collage de fotos para el perfil, y tuitea cada palabra, gesto y acontecimiento. En fin.

Y pasaron el primer día, entre beso y abrazo y foto y tuit y facebook. Segundo día, ella tuvo clases, él dio par vueltas por la ciudad, foto por aquí, foto por allá, tuit por aquí, facebook por allá… y se aburrió. Llegó a la casa y se puso a jugar Wii, llegó Luciana, y empezaron a jugar juntos! Que pareja más divertida!

Tercer día, Fede la invitó a comer a un restaurante de lujo. Y sube las fotos de la comida a instagram, contesta los mensajes dejados en facebook y continúa el chateo por whatsapp con los amigos. Lo que la tecnología pudo juntar, no lo podía separar el hombre.

El resto de días la misma dinámica, el amor se lo vivía por las redes sociales. Penúltimo día, uff! se va la luz, se quedaron sin wifi, estaban a oscuras, les tocó sentarse a conversar sin más. Cri cri, las palabras ya no salían tan espontáneamente como cuando había un amor que publicar. Par  horas más tarde aburrimiento total. Él la encontró un poco fofa y sin criterio y ella lo encontró un poco pedante y muy radical en sus opiniones.

 Finalmente regresó la luz! Bendita luz! Él fue a ver el futbol, ella escribió en su blog que el insulso este empezó a hablar de los cambios que ha hecho su presidente, y que la política social, y que las reformas, y que la vaina que ella no entendía y que cónchale vale! que es el colmo que ella no opine!

Al día siguiente, regresó Federico a Venezuela, poco tiempo después Luciana, regresó a Colombia.

Algo había cambiado en ambos, si bien todo fue excelente  -testigo de ese amor eran las miles de fotos, estados de perfil, videos realizados juntos- les quedaba ese sin sabor. Semanas después, él le dijo que había comenzado un nuevo trabajo y luego le envió un correo electrónico terminándole.

-No lo entiendo abu! – dijo con indignación.

– Realmente no lo entiedes?- preguntó la abuela – Hija mía, lo que pasa es que a ustedes les faltó comunicación!

-Comunicación, abu?, si pasábamos chateando todo el día! -le dijo ella llorando.

Luciana tomó su celular y se dispuso a publicar sus penas y tristezas, para que alguien en las redes sociales la tranquilice y consuele on line, y lo logró.

FIN

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