10/ Abril/ 1912.
Miércoles.

Querido diario:
Esta mañana, la señorita Moiclarck, la trabajadora doméstica de la familia, llamó a la puerta para pedirme que me preparara. Comienzo el viaje más importante de mi vida, según dicen: Viajaré a la ciudad de Nueva York, ya que me desposaré con un elegante joven de clase alta en los Estados Unidos, donde Pheltom Stringer Mowlitz me estará esperando. Según he visto en algunas de sus fotos, es un hombre muy apuesto, y a juzgar por la manera en que escribe las cartas que envía, percibo de que es un hombre muy varonil, sentimental, y pasional. He decidido realizar este viaje por mi cuenta, ya que deseo formar parte de la tripulación de primera clase en el crucero de clase olímpica más esperado de la década…
El barco zarpó alrededor de las 12:10 de la tarde, ¡esperaba ansiosa la salida! Después hicimos 2 paradas más en Francia e Irlanda para embarcar más pasajeros. Sé que al llegar allá, a la gran ciudad, me encontraré con mis padres, quienes insistieron en llegar antes para reencontrarse con la familia de Pheltom, para asegurarse de que no hay asuntos pendientes que tratar respecto al matrimonio… Tanto mi padre como mi madre, aseguran que el joven Pheltom es un gran partido para una señorita como yo. Me prometen una vida plena y feliz, y aseguran que jamás me faltará nada con la familia Stringer. Claro que en un inicio todo me parecía una locura: ¡Casarme con alguien a quien no conozco! ¿Cómo iba a ser? Pero después de interactuar con Pheltom a distancia por cartas y fotografías, me doy cuenta de que tal vez, cuando alguien asegura amarte de tal manera, se corresponde con amor a ciegas.
¡Sé que esta será la mayor aventura de mi vida!

11/ Abril/ 1912.
Jueves.

Querido diario:
Anoche no pude dormir plácidamente. Estaba tan mareada y tan exaltada por todo el asunto de la boda, que estuve despierta hasta altas horas de la madrugada. Tuve la necesidad de volver a mirar mi vestido de bodas, lo que me llevó a ponérmelo también. Cada que lo veo, está más bello. Es tan sencillo y elegante como siempre lo soñé. Al terminar con mi prueba clandestina de vestido, decidí salir a la cubierta del bote a tomar algo al comedor. Sé que mamá no lo aprobaría, pero esta vez me encontraba yo sola, además es un barco muy seguro… Así que entrando al comedor, me sorprendió ver que había varias mesas ocupadas, y yo me acerqué hacia la barra de bebidas, y pedí una copa de delicioso clericot.
Como continuaba sin sueño, volví a la cubierta, y caminé por los pasillos del barco, cuando veo subir de una escalera proveniente de un piso bajo el mío a un joven atractivo, pero muy pequeño. Charlamos por un largo tiempo. Su nombre es Alex Schweizer Delgado; un joven de apenas 19 años que aunque tiene raíces hispanas, reside en Irlanda… Su hermana mayor Clara, y él, se encuentran viajando a la ciudad de Nueva York para mejorar sus vidas.
Más adelante, dijo: «hace unos momentos, escuché al capitán Edward J. Smith pedirle a uno de los marineros que mandara un telegrama a su esposa informándole que ya habíamos abandonado Southampton, dejando las aguas Británicas… Imagina que incluso hasta al comandante, le ordenan que indique su paradero cada legua», ambos reímos como niños.
Después, cuando Alex me preguntó por mi edad, reaccionó de una manera inapropiada pero graciosa a la vez, ya que al decirle que tengo 22, inicialmente se burló, pero después me hizo sonreír diciéndome que era muy bella para lo «anciana» que era. Sé que lo dijo jugando, pero a pesar de ser un joven entrometido y algo infantil, es un muchacho agradable. Le pedí que nos volviéramos a encontrar en otra ocasión.

12/ Abril/ 1912.
Viernes.

Querido diario:
Hoy me he vuelto a encontrar con Alex, y creo que lo juzgué mal. Es decir, todo este día la pasamos juntos, e incluso merendamos en el comedor y nadamos juntos en la piscina… Sé que es el tipo de persona con quien mi madre no aprobaría que interaccionara, pero después de desembarcar será como si nunca nos hubiéramos conocido; aunque claro que a mí me gustaría conservarlo conmigo, no es nada personal, pero sí me gustaría continuar hablándole de todos aquellos libros que he leído, ya que siempre muestra interés y fascinación por todo lo que digo. Y además, en cuanto llegué a mi habitación, observé que me envió unas bellísimas flores con una tarjeta con su nombre.
En verdad ansío llegar a la ciudad: extraño mucho a mis padres y ya quiero conocer a Pheltom, pero no quiero separarme para siempre de Alex, él me agrada. Y como esta noche sí estoy soñolienta, me limitaré a escribir estas pocas pero suficientes palabras sobre el día de hoy.

14/ Abril/ 1912.
Domingo.

Querido diario:
Sé que anoche no llegué a mi habitación… ¡Y es que pasó algo increíble! Es por eso que no escribí en estas páginas todo lo que pasó el día de ayer a bordo de este barco, pero lo resumiré lo más posible, ya que quiero saber qué es lo que está pasando en el piso de allá abajo, hay mucho escándalo desde hace un rato:
Ya no veo a mi vestido de novia con los mismos ojos de fascinación con que lo veía antes de abordar… Ya no estoy tan segura de querer desposarme con alguien a quien realmente no amo. Me dí cuenta de que realmente amo a alguien más, alguien a quien conocí en la cubierta del Titanic, y sé que a mi madre no le gustará… Bueno, antes de continuar con este tema algo mediocre, creo que hay algo más que está alarmando a todos allá afuera y tengo curiosidad por saber de qué se trata, desde hace unos momentos se sintió un golpe con gran impacto, pero pidieron no alarmarnos. Bueno, sólo quiero escribir una cosa más antes de salir a ver qué sucede, y es que finalmente lo confesaré:

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