La Iglesia necesitaba un cambio radical.

Durante siglos había tenido la facultad de estar por encima de cualquier poder humano, por la simple razon de que ella tenía la verdad en sus manos. Ella tenia las respuestas. Ella era la verdad.

El papa era el representate de Dios en tierra. Un hombre que podía hablar en su nombre, el único.

Muchos intentaron quitarle ese poder pero la inteligencia nunca pudo superar al miedo. Los hombres de iglesia siempre sabían algo más, siempre había algo inexplicable que les permitía quedar como único refugio seguro, única verdad posible. Todo estaba escrito y ellos siempre sabían encotrar una regla general por cualquier acontecimiento. La Biblia siempre tenía todas las respuestas y siempre les daba la razón a ellos.

Muchos iententaron dar interpretaciones a lo largo de la historia, queriendo abrir los ojos a la humanidad, pero siempre acababan en la cárcel, o quemados, por haber intentado desafiar a los únicos que sabían cuál era la verdad. Herejes, los llamaban.

Con el invento de la imprenta, algunos habían llegado a creer que eso podía por fin acabar con esta dictadura sobre el pensamiento. La difusión de las ideas empezó a viajar de forma más rápida y la Biblia fue traducida a muchos de los idomas conocidos. Unos cuantos creyeron entonces que, teniendo en sus manos los textos sagrados, la gente podría por fin entender el sentido de las cosas por su cuenta. Pero nadie, aun leyéndolo, conseguía entender lo escrito. Ese libro estaba escrito de una forma rara. Se entendian las palabras pero no su sentido. Debía por eso seguir acudiedo a la Iglesia. Sólo ellos, a pesar de que todos tenían el Libro, sabían leerlo.

Las ideas empezaron a circular cada vez más rápidas y los libros de exégesis de lo escrito se multiplicaban a lo largo de la historia. Pero, aun así, la cosa no cambió mucho. Ellos seguían alli. Incluso dejaron de quemar a los herejes. Hasta llegaron a dialogar con muchos de ellos, y reconocieron muchos de los errores cometidos, con la capacidad camaleónica de convertir dichos errores en puntos fuertes.

Con Internet pasó lo mismo. Al principio lo rechazaron y después fueron poco a poco adoptándolo como si lo hubiesen quierido desde el principio. Se empezó con la emisión de las misas por televisión, luego por internet, y se llegó al cabo de unos trescientos años a poder recibir los sacramentos por PC. Al principio, al otro lado del PC había un cura que repetía los mismos gestos de siempre. Después lo sustituyeron por un programa y ahora ya es una maquinita que está en todas las iglesias y funciona hasta con moneda. Como si compraras caramelos. 5 monedas por la comunión. 15 por la confirmación, 50 una boda, 60 rito funerario.

Pero esto no se ha acabado. El siguiente paso se hará oficial esta mañana aquí en San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Un P.C., el mas potente y preciso de la historia, el que contiene todas las respuestas a todas las preguntas, segundo sólo al mismísimo Dios, que por cierto es quien inspiró su construcción, será presentado oficialmente como papa de Roma y santificado al mismo tiempo.

El papa definitivo. P.C. Primero. O mejor dicho, San P.C.

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