Tecnología, el bien y el mal en tus manos

Tecnología, el bien y el mal en tus manos

Antonio Trujillo

22/01/2013

La tecnología es un arma de dos filos, su función principal es hacernos la vida más sencilla y placentera. Sin embargo, la mayoría de las cosas que están diseñadas principalmente para el confort y el placer humano suelen conocerse como elementos prohibidos. De unos milenios para acá, hemos dado una fuerte importancia a la culpa, herencia romana que va de la mano con el gusto, es decir “si no provoca placer, no hay necesidad de prohibirlo”. De la misma manera en que se prohibían, socialmente, ciertos placeres como el vino (cabe mencionar que para los griegos era una costumbre dedicar largas horas a Dionisio, dios del vino, en fiestas que implicaban placeres sexuales y gran abundancia de vino; no era mal visto hasta que los romanos aportaron su granito de arena agregándole la culpa), ahora se prohíben socialmente, el uso de tablets o smartphones durante convivencias sociales o laborales.

Es la culpa, lo que ha provocado que vivamos en un mundo en el que nos escondemos para hacer el amor, mientras que la violencia es algo que se practica y se observa a plena luz del día; la tecnología es algo muy similar: tú lector, seguramente recordarás alguna situación en la que estando entre familiares o amigos alguien se molesta porque estás muy entretenido viendo las recientes actualizaciones y notificaciones de Facebook y Twitter desde tu Smartphone. Mientras que tu participación en las redes sociales te genera placer, hay otras personas que no lo pueden soportar y comienzan a hacer caras pues consideran una falta de respeto que convivas en una realidad virtual en vez de que lo hagas en una realidad a secas. ¿Te checa esto que estás leyendo?, ¿te la vives checando los perfiles de tus contactos?, ¿te quedas despierto gran parte de la noche  con videojuegos, incluso si esto afecta tu rendimiento laboral o convivencia con tus seres queridos?. Si dijiste que sí a cualquiera de estas preguntas es muy probable que seas un adicto a las nuevas tecnologías, enfermedad que se ha incrementado en los últimos años; Aunque usted no lo crea, se ha comprobado que el uso compulsivo a las nuevas tecnologías activa el sistema límbico del cerebro, o sea las estructuras que determinan las emociones y el comportamiento, esto es la misma zona que se afecta cuando se consume alguna droga, de ahí que estas tecnologías puedan generar adicción y como toda adicción, ésta trae consigo afectaciones para quienes la padecen y la gente a su alrededor, las consecuencias pueden ser físicas y mentales. Se destinan tantas horas al consumo, a través de la tecnología, que se desatienden obligaciones, hay ansiedad, síndrome de abstinencia, desajustes emocionales, depresiones, aislamiento, cambios de humor, problemas digestivos, etcétera.

La buena noticias es que actualmente existen diferentes métodos, adecuados para cada persona, para que eventualmente se tome conciencia de cual es una realidad de verdad y cual es una realidad virtual; el adicto debe “desenamorarse” de estas tecnologías, pues como en cualquier enamoramiento cambiamos lo real por lo ideal.

Y mientras algunos se benefician responsablemente de las comodidades que ofrecen los avances tecnológicos hay otros que las sufren, pues como toda droga, la tecnología también pasa por etapas tales como el uso, el abuso y la dependencia. Debemos recordar que todos los excesos llevan a nuestra destrucción y el uso de las nuevas tecnologías no son la excepción, y aunque parezca que no es algo tan serio, es más serio de lo que el lector cree, como mencioné antes, el abuso en el consumo de esta herramienta es nocivo para la salud física y mental.

Ya sé que es una ironía usar el medio para criticar al mismo, no lo mencionen.

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