La ciudad de las luces y el caos

La ciudad de las luces y el caos

Mañana con luz tenue sobre mi ventana, es el comienzo de un día increíble, tomaré mi primer avión hacía un sueño.

Alisto mis prendas maletas y nuevas ideas, mi viejo cuaderno y un lapicero. Es un viaje largo, cruzare la noche y el día, el mar y la tierra. Destino, París la ciudad de las luces, del amor, del desamor, del caos y de historia.

Voy por primera vez en un avión, amo escribir sobre el cielo y ahora estoy en el, que feliz. París es una ciudad hermosa histórica y moderna, con una economía bastante alta en Europa, con mucho arte y respeto. Llegué tipo 10 de la noche, miro arriba y las nubes quieren llamar la atención y tapan una grande y hermosa luna. No entiendo mucho lo que dicen las personas, pero muchas se ven animadas, el tran-vía va a una gran velocidad mientras por su ventana observo un mundo nuevo, un lugar diferente y acogedor, carros lujosos y casas hermosas.

Que linda se ve en la noche, con sus luces cada paso, pocos árboles y muchas personas, voy camino al hotel y no me canso de ver un lugar tan bonito por un retrovisor.

llega el primer día de primavera y siento que floreció algo diferente en mi, una pasión, algo que duró mucho tiempo oculto, me doy cuenta que en el transcurso de estar en un buen viaje no sólo conoces un lugar nuevo, conoces un nuevo tú, salen a la luz cosas que ni te imaginabas que podrían salir de tu mano y mente, tantas cosas por plasmar en folios, tanto amor, tanta dualidad, tanta discordia, tanto arte… Llego al hotel, un hotel lindo y lujoso, me instalo con mis hermanas en el quinto piso, desde la ventana observo un lindo bosque acompañado de la luna tras las nubes grises. Saco mi lapicero, mi viejo cuaderno, y comienza una gran aventura entre letras, rimas y palabras nuevas. Llegué con los ánimos de superar un desamor, pero era inútil, su recuerdo seguía colgando de mi ventana, el sabor de sus labios estaba en mi vino, y su suave piel hacía presencia en las hojas de mi arte… Su cara aparecía en cada palabra, en cada párrafo, me estaba volviendo loco el olvido; con un nudo en la garganta me voy a dormir, intentando acostumbrarme a un nuevo horario. Es un nuevo día, amanece y noto un hermoso amanecer naranja, se ve hermosa la luna en la ausencia del sol, se ve hermoso el sol alojado en el solo cielo. Sale a iluminar el comienzo de un nuevo día tras unos árboles que bloquean un poco mi vista, que frío que hace, será duro acostumbrarme. Nos alistamos tomé mi pequeña mochila, unos cuantos euros que me dio mi hermana y salimos a conocer una de las estructuras más prestigiosas a nivel mundial, el lugar más romántico, histórico, y para otros común. Veo la gran estructura frente a mi, es exageradamente alta, produce muchas sensaciones en mi, a pesar de muchas cosas aún llevo la ausencia de mi desamor en el pecho, me consume, como un agujero negro, me atormenta y me lleva a unos recuerdos viejos y nostálgicos. Con lagrimas apunto de salir de mis ojos, decido borrar todo aquello que existe en mi y tomo la decisión de rehacerme en éste viaje, llegar con nuevas ideas sueños, mucha más madurez frente a muchas cosas, tengo diecisiete años, de pocas experiencias con la vida, ya es momento de cambiar de párrafo. Fueron 8 días de amor y angustia, también conocí gran parte de Madrid en España, algo que quise desde muy pequeño, ahora todo lo observo con los ojos de mi yo hace 4 años, me produce mucha nostalgia pero a la vez orgullo, por fin logre mi meta. Tomo un avión vuelta a casa y mientras voy en el cielo camino a mi realidad, me doy cuenta del placer de la vida, el placer de mis ojos, y con la idea de cambiar mi realidad a mis fantasías, y mis fantasías a mi realidad.

Gracias París, gracias papel…

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