El trabajo del Pingüino

El trabajo del Pingüino

Gustavo L. Ruiz

12/06/2017

Cuando Dios estaba creando a los animales de la tierra, se dio cuenta de que el pingüino era muy bueno diseñando y fabricando alas.
Entonces le dijo

—Pingüino tú quédate por el momento en el cielo y ayúdame a hacer las alas.

Fue así que el pingüino fabricaba todas las alas, hasta a los dragones se las hizo.
Hacía y hacía maravillosas creaciones y Dios seleccionaba para quien sería.
En una oportunidad el pingüino estuvo tentado de fabricarse unas para el mismo, pero recordó cuando la cebra se puso el cuello de la jirafa y Dios se enojó, y lo rayo todo con su pincel y lo mando así todo rayado a la tierra, o cuando el rinoceronte se puso dos grandes cuernos y Dios se enojó y lo mando con uno solo.
Después de mucho tiempo el pingüino se cansó, y dijo…

—No hago más alas a nadie.

Los Ángeles, que también portaban fabricaciones del pingüino, le dijeron

—No puedes negarte ante Dios.

Igual el pingüino fue a donde estaba el alfa y el omega y le dijo que no quería hacer más alas, a lo que el soberano le respondió

—Te entiendo y lo acepto, solo quiero que hagas un par más y te dejaré ir a la tierra.

El pingüino, muy enojado y ya sin ganas de ver a tantos animales alados, pensó en fabricar unas alas tontas y pesadas, y así lo hizo de mala manera, diseño unas alas muy pesadas y las colocó en una caja.

—Acá están Dios, ¿Puedo retirarme?

—Claro, pero antes toma esa caja, es un regalo mío en honor a tu brillante trabajo, esas alas son para ti.

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