Disturbios de conciencia

Disturbios de conciencia

David Orozco

04/06/2017

A sus 19 años asombrosamente Adom ya había conocido los vestigios más horribles de la maldad humana, se había hecho con un pasado tormentoso y lleno de cicatrices imborrables que poco a poco habían cambiado su actitud frente la vida.

La mañana del 1 de agosto a eso de las nueve y cinco pasó por su cafetería preferida, la camarera sin vacilar preguntó «¿lo de siempre?»Adom con un guiño y una sonrisa pícara asintió.

Leía un libro que parecía dejarle perplejo. Desde la tercera mesa a la derecha logré leer el título » el papel del individuo en la historia».

Junto a su teléfono descansaban historias de guerra de Ernesto Guevara.

Era casi imposible no percibir en las personas de aquella cafeteria el asombro con el que le miraban mientras pasaba de un libro a otro en periodos de quince minutos más o menos.

Adom era un tipo raro, uno de esos que lee mucho y discute sobre el futuro y la sociedad, el prototipo de chico que para unos es visionario y para otros un tipo con problemas psicológicos.

Mientras divagaba sobre cuál de los dos tipos de persona sería, Adom seguía absorto en sus párrafos revolucionarios. Observé y la cafetería estaba relativamente llena, sólo quedaban dos sillas vacías esperando ser ocupadas por alguna pareja de ancianos enamorados o dos golondrinas de esas que se posan normalmente en los alrededores.

Un ruido seco llamó mi atención. Era Adom dando un puñetazo en la mesa mientras se levantaba, y como si hubiese salido de uno de sus libros, ¡se pronunció!

«A veces pienso que el modelo social que nos han enseñado desde que éramos pequeños es una absurda pantomima, que a medida que crecemos nos va modelando hasta que somos lo que ellos quieren que seamos… Al final esto suena muy a cliché,¿verdad? pero… ¿qué hay de esas preguntas que no nos hacemos?Preguntas simplistas como… ¿Es esto lo que quiero para la sociedad en la que vivo? O mejor, hablando de un amor político social… ¿Es esto lo que mi gente merece?

Por qué no hay preguntas en nuestras cabezas es mi pregunta a diario.¿Por qué somos esclavos de un pensamiento con el que venimos desde que nos empiezan a educar? ¿Por qué somos tantos los esclavizados por un pensamiento casi unitario y por qué son tan pocos los que esclavizan? Por qué no hay visionismo en nuestra sociedad o por qué el estado de inconsciencia de las personas no cambia y sí cambia el placer que dan las redes sociales o las aplicaciones que sólo consiguen un deterioro en el sentido más humano del ser. Es muy fácil decir que todos los políticos son iguales y, ¿por qué no hacemos algo nosotros? Impliquémonos en la política, en el derecho, en el socialismo, en el pluralismo, pero impliquémonos, nadie lo va a cambiar por nosotros.

¿Por qué cuesta tanto escuchar cosas como esta? ¿Por qué giramos la cabeza al ver el abuso? ¿Por qué solo nos preocupamos por el dolor nuestro y el de los nuestros? ¿Porque no revolucionamos nuestras conciencias? ¿Por qué?

En ese instante, obtuvo la atención de todas y cada una de las personas ahí presentes y esperando una respuesta miraba a su alrededor. Pasaron unos treinta segundos y las personas sin responder, giraron la cabeza y volvieron a sus temas de interés.

Sólo una persona respondio con una cruel sonrisa en su rostro.

Bueno discurso amigo pero… Eres muy joven.


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