Ileana una ama de casa penso en el platillo perfecto que podria preparar para su esposo. Dio un vistazo ala alacena y se dijo asi misma ,”Bien, tengo los ingredientes necesarios”. Se dirigio al refrigerador y saco todo lo que necesitaba. El pollo estaria listo en por lo menos una a dos horas, miro hacia el reloj ya era la una de la tarde. Su senor esposo saldria ala cinco y media de la tarde y llegaria alas 6 en punto. Llegaria con un frego de hambre, miraria la cocina, ya limpia. El olor embriagante de el caldo lo atrairia hacia el comedor, como si flotara por el aire, miraria el plato con caldo de pollo y se llenaria de extasis. Todo esto pensaba Ileana en su sueno de dia.
El calor de la cocina era insoportable, poniendo su mejor cara siguio preparando el caldo. Mientras tanto y en lo que se cocia el pollo Ileana se puzo a hacer una y mil cosas alrededor de la casa, todo tenia que estar perfecto . Mientras como ya habia acabado los quehaceres, se sento en el sofa un rato y pronto se quedo dormida.
Al poco rato desperto, y se acordo del caldo y enseguida corrio ala cocina. Afortunadamente no se habia quemado pero el pollo estaba un poco mas blando de lo que deberia. Ileana miro ala olla y inconcientemente se mordio las unyas mientras pensaba en que podria hacer. Pero no habia nada que podia hacer, ya faltaba una hora para que llegara su marido, todavia tenia que preparar el arroz.
El tiempo paso ya eran como las 9 de la noche, cuando por fin llego el marido.El marido entro la miro y pregunto «Que ay de comer?»
“Amor, Hay caldo de pollo”.
“Bueno pues que esperas, sirveme pues.”
Asi que Ileana le sirvio mas preocupada que la nada por la condicion del caldo que ahora que paso el tiempo se miraba peor de aguado.
Sirvio el caldo,en el plato especifico que al marido le gustaba. Y se dirigio al comedor, Ernesto miro el caldo y miro a Ileana que sonria con nerviosidad. “Que pasa, pregunto el marido, porque te ries?”
“Nada”, dijo Ileana, solo espero que te guste”.
“Bueno vaz a comer o no? O ya comiste sin mi?”
“No claro que no”. Ileana fue ala cocina y se sirvio su plato. Antes de ir al comedor, escucho los gritos de Ernesto. “Ileana, Ileana!!!!” Que podria aver echo mal. Enseguida corrio al comedor.
“Oye como eres inutil!!!” no le echaste sal al caldo de pollo.
Los ojos de Ileana se llenaron de asombro y verguenza. “Perdoname”
Luego dijo las palabras que mas odiaba Ernesto. “Se me olvido echarle sal, pero no le eche pimienta.” Al oir estas palabras, la cara de su marido se incendio de manera, Bueno se puso bien rojo. Se levanto y fue ala cocina, agarro la pinche olla de caldo de pollo y la tiro al piso. Luego patio la olla.
OPINIONES Y COMENTARIOS