la pesca del cangrejo en San Francisco Bay

(Barrio chino, San Francisco.)

se trataba de llegar
y una vez allí, habitaríamos la ciudad de paso
sabiendo en el fondo
que moriríamos en ella
*
Erdosain se había autoenseñado chino y nos obligábamos a rondar Saint James con Park St., acosando a las viejas al estilo de Buenos Aires
a los 5 minutos ya nos querían correr,
luego, a la hora de la merienda
practicaban el taichí
y en la distancia imitábamos torpemente
(apretando la lengua por si ayudara)
hasta que un chino nos venía a pegar con la vara.
entonces, Erdosain aprovechaba para practicar el idioma mientras se protegía
la cara con una mano y el pene con otra
*
Erdosain y yo no hablabámos mucho
yo odiaba mis entrañas
así que no tenía problema con eso
a veces se sacaba un purito y yo decia: “eso mata”, y el asentía dulcemente
*
aquél día almorzamos 2 vasos de agua con gas
y entre prisas, nos íbamos peinando por las calles
en dirección al conventillo para velar a Don Gregorio
el cual llevaba años editándonos
(nuestros libros iban directamente a la recicladora)
pero éramos rioplatenses
y no podía dejar a unos compatriotas
pudriéndose en la calle
aunque a veces,
yo lo deseaba muy secretamente
*
una viuda argentina entre tanto chino no sabe hacer y Erdosain quiere colocarse en la librería del difunto. Yo le sigo medio de lado, con el hígado encogido como un mal augurio, pensando en dónde haré noche —no me engaño—, en eso Erdosain y yo nos diferenciamos de los vagabundos de San Francisco; ambos estamos bien cuerdos, “sálvese quien pueda”, que somos como las ratas. 
Si juega bien sus cartas hereda:
cama, carne y cuartos
*
la primera vez que pisas el puerto la arena con grava va chillando bajo las suelas de los zapatos
dos hombres han ido a esconderse bajo el pier
con tal de hacerse bien el amor
y me pregunto si los vagabundos se harán el amor quitándose capa tras capa
exponiendo la piel del vino rancio…
*
es de admirar, me digo
a pesar de todo, siempre la pulsión del sexo
eterna, como la muerte
es de admirar
*
mañana tengo apalabrada pintar una casa por 275 dólares