Podía notar una breve brisa en mi rostro. Paz. Tranquilidad. Solemnidad. Eran las palabras que mejor me definían en ese instante.
Decido quitarme lo zapatos y caminar por la mas fina arena. Cada pequeña partícula de arena se metía entre mis dedos del pie, notaba un leve cosquilleo, cada segundo que pasaba.
Tuve que salir de aquel lugar tan horriblemente claustrofóbico en aquel mismo instante, el aire se puso tenso y como no aguantaba tenia que salir de ahí. Notaba como alguien se acercaba a mi por atrás ya que oí la risa de alguien.
—Hola— esa voz dulce solo podía corresponder a una persona, la persona que siempre ha estado a mi lado pase lo que pase, ese era Jack.
—Hey— le sonreí aunque en ese momento no tenia ganas de eso.
—Que tal estas— pregunto, mientras yo decía que si con la cabeza para decirle que estoy bien— se que no es normal que cada día te encuentres que tu familia te quiere casar con un imbecil, rico—hace una pausa — pero quiero que sepas que voy a estar aqui para apoyarte.
—Lo se—le respondo sonando lo mas amble posible ya que, amable es la ultima palabra que utilizaria en este instante.
—¿Podria hacer algo por ti?—pregunta agachando la cabeza.
—¿Quieres hacer algo por mi?— le pregunto mientras el asiente rapidamente.
—Casate conmigo, ahora—
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