Se pueden planificar destinos, rutas, transportes, visitas y excursiones.
Sin embargo, el nudo en la garganta no se puede alquilar en ninguna tienda; los ojos llorosos no los puedes reservar con antelación; la piel de gallina no puede meterse en la maleta.
Aunque no hay un destino concreto a esos sentimientos tan personales como imprevisibles, la visita a un campo de concentración es seguro manantial de ese sentir. Pues pocas cosas tocan tan dentro del ser humano como ver de que somos capaces.

El viaje que aún no he hecho (concurso de microrrelato)
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