Era invierno del 85,mi hermana Flor una adolescente que aún no terminaba la secundaria se enamoró perdidamente de un muchacho algo mayor que ella ,su poca experiencia la hizo tomar decisiones equivocadas,se fue a vivir con él y allí empezó su calvario; ella no sabía cocinar,nunca había entrado a la cocina y estar unida a un hombre machista le trajo muchos problemas días de sufrimiento y dolor aun más el vivir con una suegra con mal genio complicó aun más su situación. La llegada de su primer hijo le dio a Flor el coraje que necesitaba para sobreponerse de esos días grises, lo primero que pensó es terminar sus estudios truncados y lo logró llegó hasta terminar una profesión y ganarse el respeto de doña Berta Ramírez su suegra una monsefuana de mucha sepa y con todas las habilidades y trucos de la sazón del rico norte. Pasó mucho tiempo para que ella le revelara sus secretos de cocina ;como preparar el rico arroz con pato, la cabrilla sudada, el cabrito, el la boda, el pavo al horno el ají de gallina y otras muchas exquisiteces mas propias de la ciudad de Monsefú su tierra.

Doña Flor de María se volvió una experta en el arte culinario pero sólo para agradar a su esposo; un machista y mujeriego que para ese entonces ya estaba tras las faldas de una colegiala que de inocente y enamorada no tenía nada. Le quitó hasta el último sol y viéndolo ya despojado lo abandonó.

Adolfo al verse despojado y humillado se fué a vivir a Cuenca – Ecuador dónde empezó una nueva vida solo y sin familia y lo peor de todo sin dinero ni amigos a quien contarle sus penas. Unos meses después de su partida a Ecuador murió doña Berta y su última voluntad fue unir a la familia de su hijo más querido; le dio su herencia a Flor para que busque a su hijo e inicie una nueva vida con todos los conocimientos de cocina que ella le había proporcionado.

Fue difícil para Flor dejar el magisterio agarrara sus tres hijos e ir a un país que no era el suyo donde no estaba su gente y lo más difícil perdonar al traidor.

No fue difícil para doña Flor enamorar a los hermanos ecuatorianos con su sazón y dulzura . Su plato de los domingos es le cabrito que en realidad es cordero pero preparado al estilo Monsefú y la popular mazamorra morada que era un postre que no era conocido en Cuenca.

Si visitas Cuenca no te olvides de visitar El Encanto del Marisco donde podrás saborear ricos platos y no te olvides que todos tenemos una historia que contar y días de lucha y sacrificio para lograr un sueño y lo más importante de todo es que todo sacrificio tiene recompensa y siempre hay un día después de la noche sólo hay que tener ganas y la fe que en todo lo que emprendamos siempre nos irá bien.

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