Se ha ido. Se ha ido: la paciencia no es una característica de las ruedas de los trenes. Debería salir de la estación como si mi viaje no estuviera alejándose por la vía férrea, como si nunca hubiera nacido la idea. El peso de mi equipaje es la esperanza plantada media hora después de la hora de partida: son las 7:30 a.m. «Esto debe ser un sueño, esto debe ser un sueño», pienso mientras… Despierto, y varias cosas son: hoy mi viaje, y aquí la cama, y este cuarto, y las 7:00 a.m.
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