Uno de los primeros recuerdos que tengo, es el de mi madre subiendo las escaleras del portal donde vivíamos.

Yo esperaba en la puerta de casa, nerviosa, sonriente, y ella subía con una mirada repleta de vida, con su sonrisa, esa sonrisa que es LUZ y que nos ilumina cada día a todos nosotros.

Subía con mi padre,el hombre más maravilloso que he conocido nunca, y al que tanto echamos en falta cada día de nuestras vidas .Algún día nos volveremos a encontrar papá.

Llevaba en brazos a mi hermana, le pusimos de nombre Raquel, y desde aquel momento mi vida y la suya fueron una .Iba envuelta en una toquilla blanca,la pusieron en el sofá y yo me quedé mirándola…sin más.

Cómo cada día, mis hermanos mayores Ramón y Victoria habían cuidado de mí pero ese día fue diferente, una persona más estaba en la familia, y algo dentro de mí tuvo miedo a que nada fuese igual, o quizá, a que me quisiesen un poco menos. Pero no, seguí recibiendo el mismo amor , sintiendo sus abrazos y miradas cómplices siempre que lo he necesitado.

En estos momentos daría lo que fuese por volver a ese lugar, a esa pequeña casa en ese humilde barrio, junto a ellos, aunque fuesen sólo unos minutos.

Este mal sueño pasará…y pronto volveremos a abrazarnos.

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