Mostraba la foto, collage de la de ambos, con una mezcla de admiración, melancolía y ¿por qué no? también de tristeza.
Evocaba aquellos momentos, percibía la emoción que la embargaba entonces y la incontenible necesidad de ir ahora, pero ¿cuando?, ¿sería capaz de respetar la voluntad de él?, ¿debería hacerlo?
La visita al Museo Sorolla sugerida y pospuesta era la única manera de sentirse cerca, de mantener un vínculo que se resistía a romper.
La luz, siempre la luz, la esperanza, el sentimiento.
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