La habitación número 6

La habitación número 6

Katherin Osorto

15/04/2020

Ella, inocente, piel morena, ojos marrones que destilaban ausencia, perdida en el abismo de la soledad ignoraba las miradas absortas que la rodeaban tratando de penetrar su mente y averiguar que pensaba.

Tenia miedo de lo que iba a suceder era su primer viaje a una ciudad nueva con gente que aún no conocía, claro era preciso que sus ganas de llorar y de arrepentirse del gran viaje no la dominaran; sentía un leve cosquilleo en sus manos y su corazón parecía que se saldría de su pecho, vestía un hermoso vestido rojo, que no dejaba disimular su escultural cuerpo. En su mente pensaba ¡Dios! ¿Que estoy haciendo? -merece mi pasado que salga huyendo de el.

¡Si! dijo en voz alta, haciendo cómplice de sus pensamientos a las personas que estaban cerca de ella, levemente se sonrojo y de sus mejillas se destacaron unos bellos hoyuelos eso causo que se tranquilizara un poco más.

¡Era hora! tenía que subir al tren que se dirigía hacia Madrid, España donde iba a quedarse en la habitación de un motel, mientras conseguía un lugar para alquilar. El viaje era exhausto y se quedó dormida, en sus sueños aparecía el rostro de alguien conocido era su ex novio con el que había tenido una relación de 5 años;
despertó de un susto y
no pudo volver a dormir, en cambio estuvo todo el viaje fantaseando sobre como le saldría todo.

Cuando al fin llego, bajó del tren ya aceptando la decisión que había tomado de escapar de su pasado; quería superarse y no quedarse estancada en una relación a la cual no encontraba algún futuro. Era tarde, ya no se observaba gente en la calle y ella aún no había encontrado donde quedarse, se sentía incomoda como si alguien la estuviese siguiendo. Quizás era su mente jugándole una mala pasada pero el ruido de los pasos se hacían más cercanos a ella, logro ver a lo lejos un motel de 24 horas corrió desesperadamente hacia el, estaba abierto y claro para su salvación habían habitaciones disponibles. Su habitación era la número 6 al subir las escaleras escucho que alguien más entro al lugar, era la voz de un hombre, parecía el dueño del sitió; porque pidió que las personas que se encontraban esa noche en la habitación número 7 fuesen colocados en otra habitación.

Ya en su habitación se dio cuenta que el lugar no era tan lindo como esperaba pero se sentía mejor de no estar en la calle sintiendo que alguien le haría daño, lo que se destacaba en la habitación era el recuadro de un muchacho que tenía una mirada misteriosa y escalofriante, pero no le dio importancia, fue al baño, refresco su cuerpo y se preparó para dormir.

Despertó sudando a las 3 de la mañana casi no había dormido nada pensó ver una sombra en la habitación, pero ella no era de creer mucho en fantasmas, ni nada por el estilo, así que volvió a dormir.

Eran las 5 de la mañana, sentía un olor extraño en la habitación, abrió sus ojos y en la esquina del cuarto había un tipo raro observándola.

Dio un grito despavorido pero nadie pareció escucharla, ella lo miro con cara de terror el solo la estaba observando sin hacer ningún movimiento se dio cuenta que era el mismo hombre del recuadro.

La joven trato de escapar pero el corrió detrás de ella con una sonrisa perturbadora y logro alcanzarla, ella logrando llegar a la mesita de noche encontró un cenicero de vidrio color azul, agarrándole con fuerza golpeo al tipo en la cabeza dejándolo inconsciente y ella dándose la oportunidad de salir del lugar.

Estaba muy nerviosa, no sabía donde ir o si el tipo volvería .Todo el tiempo que ella pensó que era un juego de su mente, en realidad estaba sucediendo. Estaba insólita, perturbada y llorando, caminaba por las calles pensando en todo lo que le había sucedido la noche anterior y porque nadie le ayudaba.

Pero parecía que Dios le había escuchado sus suplicas una linda muchacha se acercó a ella y le mostró su apoyo.

Ya pasaron 10 años después de lo que le aconteció ese día en la habitación número 6, aún tiene pesadillas, pero eso no le quito las ganas de poder avanzar, ahora es una buena empresaria y cuenta su experiencia, para todo aquel que quiera viajar a otro lugar, no lo haga solo. Y no tenga el mismo acontecimiento.

No sabemos del mal, hasta que lo observamos de cerca. Es su frase favorita.

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