En el morro escribe nombres de países lejanos. Aprendió muchos con aquella bola del mundo luminosa que le regaló su tío. Después, en las alas, dibuja a sus amigos del colegio. Cuando el avión de papel ya está lleno, abre la ventana y lo lanza con todas sus fuerzas. La mayoría cae sobre las flores, o en el aparcamiento de las ambulancias, pero algunos comienzan a volar, y se alejan, se alejan. Entonces pide un deseo, y regresa corriendo a la cama, antes de que alguna enfermera la descubra.

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