Amasaba con ganas, la masa mezclada.
Harina, manteca y aceite,
cuando la puerta del horno sonaba.
30 minutos más tarde el pan ya se horneaba.
Rico, crujiente y sabroso
Era lo que se expandía.
Por la casa de mi abuela,
el rico pan, del horno ya salía.
A pesar que nos ha dejado,
para partir a la eternidad,
la recuerdo con amor fraterno,
tal como su sabroso y amasado pan.
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