Con sabor a sangre

Con sabor a sangre

Will Gutierrez

08/05/2017

Perdido entre sabores

por fin he encontrado el placer a mi vida, en la ejecución de perfecciones en un platillo

Me he encontrado muy calmo en este grandioso espacio de preparar los alimentos para mis invitados, convirtiéndome así en un gran anfitrión. Celebrando amaneceres y amenizando insomnios, sintiéndome acompañado en recuerdos de los grandes festejo en casa, con esos olores significativos a sofrito de ajo y cebolla, la antesala de toda receta de mi madre. ! Magico! Si bien, a pesar de no gustarle el arte de los sartenes, platillos exquisitos salían para el placer y contemplación de la familia, también e recordado a nuestras noches de comensales una ves por mes, excéntricos y valorativos de nuevos sabores y experiencias perdurables en mi mente.

Pero solo es un gran maquillaje, una perspectiva vacía y nula por donde se mire. Mi entorno no es tan dichoso como parece, Tengo muchos invitados que nunca se marchan, quejumbrosos por la basura que preparo. Pues el ánimo no es el mejor para servirle a esta escoria humana de la que me rodeo o tan solo equívocos de decisiones, como yo.

La materia prima es para animales, supongo es lo que merecemos, pues es el alto precio que se debe pagar cuando errores de lesa índole se trata.

creo que ni comida es, pero peor sería nada, nos mantiene vivos y con un poco de energía, expectantes de ilusiones y esperanzas absurdas o mejor imposibles. Pero sería poco humano arrebatar dichas emociones por muy erróneos que estemos.

No se si está fantasiosa ilustración libre mi tormento, pero me mantiene cuerdo y optimista de que esté cerco y encierro en el que me encuentro pueda terminar de una forma positiva y sobre todo libre de culpa alguna, y quizás poder, reconstruir, renovar, restaurar mi existencia. Algo que pueda con esta insatisfacción que me agobia.

Esa desvanecida en el filo de un cuchillo agujerando veces contiguas el pecho y alma de un amante, que sin culpa o fallo perdió su ser en mis manos. Mi cordura se desplomó en solo un instante, esa misma cordura que acabo gota a gota la entrega de placeres, llenando de amarguras el sabor de nuestra exquisita receta de amor.

Han pasado 20 años de una eterna e interminable condena de 50 y si algún día tu corazón limpia penas y rencores a aquel bestial acto, espero tu visita, esta vez con plato distinto e ingredientes más gustosos que los últimos entregados

Posdata

Aunque aún me pregunte ¿porque el engaño? Ya me he perdonado.

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