Cuántas veces soñé con visitar Barcelona contigo. Recorrer las Ramblas de la mano, besarnos bajo el monumento a Colón, que nos invita descubrir nuevos mundos. Perdernos en el bosque de Gaudí y trepar a lo alto de la catedral para tocar el cielo.
Volar en la noria del Tibidabo. Dibujar en tu piel el trazado sinuoso del barrio gótico y la cuadrícula del ensanche.
Cómo no me di cuenta de que Barcelona eras tú.
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