Un día como hoy hace 24 años atrás era mi primer día en la tierra, era mi comienzo en este pequeño y gran destino, trazado desde siempre, incluso antes de mi existencia. Que loco es comenzar a existir de la nada, pero más loco aún, es existir sin antes haber conocido la existencia, es como si fuese que existiéramos desde siempre. Nunca antes me había cuestionado el tiempo que llevo de vida en la tierra hasta hace un año atrás…
Cuando sos consciente de tu existencia, no desde una postura meramente obvia sino, más bien cuestionable y reflexiva despiertas otra visión más profunda de tu ser, se abren de repente un millón de posibilidades que son esencialmente posibles en la realidad exterior. De golpe tu yo interno se conecta con tu yo externo, en pocas palabras, tu mundo interno puede ser expresado y materializado en el mundo exterior, ambos entran en plena sintonia. Así es como comienzas a fluir y bailar esa danza unificada, a escuchar la música sinfónica que tocan todas aquellas partes que antes las percibías fragmentaria, sientes ese impulso integrado en una inmensa totalidad, en la que te ves a vos mismo pletoricamente admirado de tu propia infinitud, de tu propio universo y de tus colores magistrales.
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