11/10

Chico capricornio, me gustaría decirte tantas cosas, me gustaría comportarme de otra manera. Pero no puedo. Si supiera que va a merecer la pena arriesgar todo por ti lo haría, con los ojos cerrados. Pero no. Mi razón sabe perfectamente a qué estás jugando, qué es lo que quieres, y yo tonta de mí, que me creo inteligente me convertí en tu juguete, haciéndome creer que sé controlar la situación, que me sé sujetar el corazón. Me obligo a pensar que no hay nada de emoción en esto, que no hay sentimientos hacia ti. Pero sí que los hay. Y no te los doy, me los vuelvo a tragar. Me creo inteligente para jugar contigo, me creo fuerte para sostener la situación, me creo tauro y he dejado de ser yo. ¿Qué hago con todo esto que llevo dentro? ¿Qué hago con tanto sentimiento? Te los escupiría a la cara, porque soy así: basta, directa; Porque eres así: distante, cabrón. Soy así: cariñosa, sensible. Eres así: atento, encantador. Maldita sea, no podías irte sin más, no podías quedarte quieto y no volverme a llamar. Tenía que sonar el teléfono, tenías que volver a hacerme temblar. Ahora no sé que son estos sentimientos, no sé que hacer con tanta soledad.

15/11

Lo que nunca te dije:

Que fuiste muy importante para mí, tanto que cuando pienso en la música de tu voz me bailan las neuronas; Que a veces cuando cierro los ojos puedo ver con tanta claridad tu perfil que parece que jamás te marchaste; Que me cuesta entender las cosas »malas» que vivimos, de repente ahora, todo era bueno, y el estar separados no tiene lógica, y para estar juntos existen mil razones; Que no me enamoré de ti, pero me hubiera gustado hacerlo. Que no me enamoré de ti, pero me arañaste el corazón igual. No me enamoré de ti y no me hubiera costado hacerlo; Que a estas alturas sigo esperando un mensaje tuyo, ilusa de mí; Que me gustabas y te lo dije, lo cual creo que fue un error; Que yo me abrí y escribí en ti todo lo que me hacías sentir. Yo en cambio fui tu página en blanco, la cual no te costó voltear. Por lo menos eso me has dado a entender, por lo menos así me hiciste sentir; Que te echo de menos, pero me dejaste tan confundida que tengo las cosas claras; Que deseé con todas mis fuerzas que hubiéramos sido, pero al no ser sé que ya no quiero que sea; Que a pesar de tus advertencias no pude evitar infectarme de expectativas. Me ofreciste el remedio pero preferí enfermarme de ilusiones; Que contigo aprendí a querer, a crecer, a ser, a estar… más y mejor. Aprendí a coquetear con el vicio, a ver la belleza de lo efímero. ¡Yo! alguien de tierra y rutina. Tú me enseñaste a crear mi primer castillo de arena en el aire y a verlo bonito. ¡Yo! alguien materialista y de montaña; Y quiero que sepas que a pesar de ser una de las personas que más me ha conocido no puedes imaginar lo que me quedó por enseñarte. En el tintero está todo lo que habría hecho por ti.

2/1

Te echo de menos. Muchos días creo que me voy a volver loca porque no puedo dejar de pensar en ti. A veces creo que uno de mi errores fue no haberme entregado más. Pero luego recuerdo el último día que nos vimos, el día que había decidido jugarme por ti, el día que empecé a entregarlo todo, y sé que posiblemente eso no era lo que te habría hecho quedarte, probablemente eso fue lo que te alejó.

La memoria es traicionera y ahora solo recuerdo los buenos momentos a tu lado ¿Acaso hubieron de malos? Me da pánico encontrarme contigo en la calle, mientras voy al gimnasio o cuando voy de compras al centro. Me da pánico verte y confirmar que no me echas de menos, que no te dolió separarte de mi, que no te quema la necesidad de mis manos como el recuerdo de las tuyas lo hace conmigo. Me da pánico que verte no cambie nada.

Has sido la única persona que ha sabido encenderme. Me prendiste fuego y aprovechaste el calor, pero en cuanto vino la lluvia desapareciste. Me toco aprender a caminar con el cuerpo en carne viva, a que todo escociera. La soledad, la compañía, la esperanza,el abatimiento, incluso la felicidad escuece, porque no es contigo, y la tristeza, porque me hable de ti.

A veces pienso porqué me has marcado tanto, y no tiene nada que ver con que seas el único hombre que ha conocido el tatuaje de mi cadera. Me gusta pensar que es porque me cocinabas, porque me acariciabas, porque me escribías y me llamabas, porque pusiste mi rutina patas arriba, me cambiaste los horarios y me besabas en el cuello. Simplemente porque eras tú.

Ni si quiera sé porqué ya no. Un día no llegó tu mensaje, otro día no me atreví a llamarte, y luego ya fue muy tarde. No sé porqué y eso me está consumiendo. Creo que si me hubieras dicho lo que de verdad te pasaba conmigo se me hubiera hecho más fácil. Siempre necesité saber que sentías por mí, aquella duda nunca me dejó estar en paz, no lo hará.

Si te sirve de algo, aquella noche, en el balcón, matándome con la ayuda de un filtro y tu nombre en la pantalla, si me hubiera atrevido a llamarte todo habría sido distinto. Pero no lo hice porque ibas a pensar que me estaba pillando por ti, que no podía estar dos días sin hablar contigo, que me gustabas. Aquella llamada habría dicho todo lo que mis ojos te gritaban y mis labios no dijeron con palabras. La vulnerabilidad estaba a la vuelta de la esquina, me sentía indefensa y fue mi manera de protegerme. Pero fue inútil. Salí jodida igual. Con el tiempo a ido a peor.

Seguramente estés con alguien que no tenga problemas para meterse en tu cama, alguien que no tenga tantas limitaciones, alguien diferente a mí, pero no mejor que yo. Nadie podrá estar contigo como lo habría hecho yo, no creo que nadie esté dispuesto a hacerse pedazos por ti con las ganas que yo lo habría hecho. tal vez fue mi culpa, tal vez no. Tal vez te gustaba, seguramente no. Tal vez no te quería, te puedo jurar que si.

PD: Obviamente me acordé de tu cumpleaños, pero no sabía qué hacer. Si era prudente, si era educado, si era desubicado que te felicitara. He tardado un poco pero qué mejor regalo que una explicación. Felicidades.

20/2

Quise hacerte la cena miles de noches, pero preferiste la comida rápida; Quise invitarte a una copa de vino y una charla tranquila, pero preferiste un chiste malo y una cerveza barata; Quise masajearte la espalda después de un día de trabajo, pero preferiste quedarte con la camisa puesta; Quise sentarme en tus piernas miles de veces, pero preferiste soltar comentarios inapropiados; Quise verte dormir en silencio, pero preferiste deshacerte de mí a media tarde; Quise vivir contigo un viaje a solas, pero preferiste contarme lo buena que era tu ex de acompañante; Quise tumbarme contigo y olvidarme del mundo, pero preferiste sentarte en el suelo y recordarme que no eramos compatibles; Quise hacerte reír porque me encantaba oírte hacerlo, pero preferiste reírte con otros o de mí, no recuerdo; Quise hacerte el amor antes de desayunar, pero preferiste follar después de comer.

10/3

Las voces me hacen compañía, las voces que me hablan de ti, las que cantan tu nombre. Las voces que gritan tus recuerdos, las que susurran mis deseos contigo.

Las voces que recitan las poesías que te escribí, las que me ayudan a escribirte sin que estés. Las voces que me hacen bailar cuando imitan tu voz, las que me entierran cuando dicen cosas que nunca dijiste.

Las voces que me quitan el sueño recordándome que tú no estás, las que me ayudan a dormir mintiéndome de que volverás.

Las voces que nacieron cuando te marchaste, las que se sorprenden cada vez que vuelves. Las voces que se enamoraron de tus ojos, las que me hicieron creer en tu mirada. Las voces que cayeron en tu sonrisa, las que me enamoraron de tus labios. Las voces que encerraste con caricias, las que me domaron con tus manos.

Las voces me hacen compañía cuando tu te vas.

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