El día que volví a mi camino

El día que volví a mi camino

Año 2015.

Para ponernos en situación, resulta que llevo unos meses dando tumbos, unos meses en los que me encuentro perdido, no veo la motivación en mí, todo me parece repetitivo y monótono. Y es que para entrar más en detalles añadiré que en una situación de estar parado casi por obligación, debido a una medicación poshospitalaria, no poder trabajar, no poder hacer deporte y estar tocado físicamente me condujo involuntariamente a intentar hallar la felicidad o la motivación, la pasión, ese impulso a afrontar la vida con entusiasmo fuera de lo que soy yo, fuera de mí, de mis pequeñas cosas cotidianas del día a día y con las que me encuentro agusto, de mi camino, de lo que a mí me llena o me aporta.

Al pretender buscar la felicidad o la motivación en otras personas o en la vida de otra persona, me llevó a basar mis días, mis estados de ánimo, mis ideas y mis emociones en la chica con la que he mantenido una relación sentimental hasta hace unas semanas, llegué a valorar su vida más que la mía. Y esto es un error gigantesco ya que automáticamente pierdes tu iniciativa moral, tu iniciativa interior y automáticamente te bajas 10 escalones en tu escalera de logros y propósitos y te puede llevar a perder el norte, perder los papeles, te pierdes tú mismo y entonces es cuando estás perdido. Te sales de tu camino. Game Over.

Ojo que la mayoría de las personas piensa así, en que una persona nueva en su vida les hará cambiar la suya. Gran error, pues cada uno tenemos nuestro propio camino en esta vida y nadie, absolutamente nadie va a andar ese camino por nosotros, más que nada porque cada uno sólo podemos ver el nuestro.

Este efecto o problema es algo totalmente inconsciente e involuntario y que hay que estar muy atento para darse cuenta y retomar el rumbo y retomar el camino, volver a entablar conversación con uno mismo, recolocar todos los muebles que se hayan podido desordenar y limpiar todo el polvo que tengan mientras tú no estabas dentro de tu cabeza. Volver a tu casa, donde eres tú de verdad, donde puedes hablar contigo mismo, tu camino.

Si tu motivación en la vida es que otra persona cambie la tuya, automáticamente le estás dando el poder sobre tu vida, sobre tus emociones, sobre tu felicidad, sobre tu estado de ánimo y sobre tus pensamientos a la otra persona y a su vez esta persona te dejará caer como un jarrón chino contra el suelo porque seguramente no tenga manos suficientes para sujetarte a ti y a ella misma, a no ser que tenga un poder especial, 4 manos o sea una monjita de la caridad.

Muchos hombres en el mundo deciden perseguir mujeres para aliviar estos síntomas y así sentirse mejores ellos mismos, sentirse más felices pero en realidad lo que están haciendo es retroalimentando una bola que nunca se acaba, por el lado contrario están las mujeres que enlazan relación tras relación intentando encontrar eso que anhelan, eso que llevan esperando toda su vida y que esperan algún día encontrar…. Ambas posturas son erróneas pues es exactamente lo que he explicado en el párrafo anterior, le estás dando el poder sobre ti a la otra persona y durará hasta que uno de los dos caiga o bien por no poder sujetar al otro o bien por intentar sujetarlo y entonces el que caes eres tú, mientras que la otra persona se marchará tras tu caída como un libre pajarillo revoloteando… ¿y por qué? Porque cuando le damos el valor a la otra persona de decidir sobre nosotros, esto nos hace ser o parecer repulsivos y hará que no quieran estar a nuestro lado esa o esas personas que queremos o que nos atraen.

Por esta razón no se puede tener la idea de “quiero ser feliz” o “más feliz”, no se puede intentar extraer la felicidad de otra persona ya que así nos estaremos convirtiendo en lo que se conoce como “vampiros emocionales”, de lo que se trata es de construir tu propia felicidad, construir algo que solo dependa de ti, algo en lo que dedicar tu tiempo, tu esfuerzo y tu energía y que verdaderamente es importante para ti hacer eso que estás haciendo y no otra cosa. Ya sea hacer deporte, pintar, leer, crear manualidades, o lo que quieras que signifique algo para ti y en tu vida.

Un aspecto muy importante es no pensar en el resultado final de aquello que estés haciendo sino en el mismo instante del proceso por el que vas, ya sea la página de un libro, los primeros trazos de un lienzo, las primeras líneas de un texto, etc. Créeme cuando te digo que durante esta escritura estoy disfrutando cada palabra que voy escribiendo porque es algo que me llena, me aporta felicidad y me hace sentir bien conmigo mismo, y si además consigo que otra persona que pase por la misma situación o no sepa qué hacer en un determinado momento, pueda retomar su vida o incluso cambiar el chip, para mí ya ha merecido la pena escribir estas líneas.

Es muy importante focalizarte en la dirección de la persona que quieres ser, o en ese objetivo que te has marcado o en ese proyecto en el que dedicas tu tiempo libre y no en cualquier dirección sino focalizarte en la dirección correcta, visualizarlo. Salir de la zona de confort y entrar de lleno en la zona de aprendizaje, zambullirte en ella y olvidar por completo la comodidad. Esto es lo que diferencia a muchas personas de otras, tener una frecuencia diferente a los demás.

Como conclusión, hacer las cosas que te motiven para superarte, para ser mejor en lo que haces cada día y no en beneficio de terceras personas ya que no trae nunca buenos resultados en la vida, puede que a corto plazo consigas algo pero en lo general de la vida no suele traer nada bueno. Recuerda que las herramientas de tu vida, de tus días, debes manejarlas tú y no otra persona.

Y como remate fianl diré que no abandones tu camino por muy sinuoso y pedregoso que te parezca si estás convencido de que lo que haces te hace ser mejor persona y ser diferente de la multitud.

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