Hay quienes creen que las personas nacemos con ciertas actitudes específicas, es decir, si alguien es mentiroso es porque nació así, pero olvidan que hay factores y situaciones que cambian a una persona en diversas maneras. Nadie nace siendo algo, se hace a través de la educación que le propiciaron, las situaciones que vivieron, el entorno en el que creció. Es por eso que se ve gente perversa y codiciosa, ansiosa de poder, no es porque haya nacido así, fue porque algo en su recorrido lo llevo a eso. Cuando se “hace” una persona, y esto no se da como debe ser, por la razón que sea, hay consecuencias, de aquí salen todas esas personas que se desvían de lo que la sociedad considera moralmente bueno. Es cierto que no toman los mismos caminos, por lo que no obtienen los mismos resultados, pero también es cierto que todos comparten algo en común: Baja autoestima y el deseo de esconderla, pero no imaginan que, el poder es la droga de los que poseen baja autoestima. Tener esta conducta lleva a alguien a cosas inimaginables por poder, distintos poderes, pero al final la misma cosa da. Si alguien es capaz de cambiar todo acerca de él mismo por el poder, por la aceptación, por el triunfo disfrazado, ha caído en la droga.

La forma más rápida de obtener poder es la mentira, los políticos mienten para ser elegidos, un trabajador miente para obtener más dinero, un pastor miente para tener más seguidores, necesitan el poder, porque esclaviza su alma, le ciega, le nubla el juicio y le enloquece. Ahora bien, ¿por qué alguien con baja autoestima necesita mentir? Estos llevados por la inseguridad, desconfianza y el temor de no ser aceptados tal y como son, caen en la tentación de cambiar o mejora su historia y sus habilidades con el fin de causar una impresión favorable en las demás personas. Cuanto más se miente es más difícil contralase, más cuando las mentiras están causando el efecto esperado y estás obtenido más poder. Pero no es suficiente, porque siempre necesitan más poder, necesitan que los escuchen, que los sigan, que hagan lo que quieren. En este punto no hay salida de la adición, porque aún si la hubiera, ellos no estarían dispuesto, como las hijas del Rey Lear, Goneril, y Regan, no les fue suficiente su parte del reino, ellas necesitaban más, iban por más. El necesitar poder es también sinónimo de envidia (además de baja autoestima) como se ve en Edmund, de él se dice que su único valor es la envidia y la codicia, que engaña a su padre para que este destierre a su hermano mayor del reino, porque a través de la mentira y el engaño traicionas a quienes te brindaron cariño y afecto.

A Edmund no le importa si se trata de sus familiares, él quiere el poder, él quiere el título de Conde y el prestigio que este conlleva al mejor estilo maquiavélico “el fin justifica los medios”. Este personaje es el reflejo de lo que puede llevar la falta de amor hacia uno mismo, porque quien se quiere y se estima, quien conoce sus virtudes y defectos, quienes controlan su vida, no necesitan poder de esta manera, porque se conocen bien, y saben qué son capaz de hacer, aquellos que no, buscan a través de la mentira defenderse, se cierran tanto a ellos mismo que no llegan a conocerse, no conocen sus habilidades, pero tampoco están presto a que se les critique, están en modo de defensa siempre, porque saben que cualquier cosa puede derribar sus muros, y no lo pueden permitir, necesitan una manera de protegerse y asegurarse de que nadie puede destruirlo, necesitan tener poder, del tipo que sea: personal, político, social, y el más controversial, económico. Porque ellos tienen que hacerles saber a todos que no pueden destruirlo, que ahora con este poder son inalcanzable, aunque todos sabemos que sus miedos siguen ahí, bien ocultos, pero aún viven. Como es el caso del Rey Lear, el necesitaba oír que sus hijas lo amaban, y al Cordelia decirle que lo amaba de acuerdo a su obligación, ni más ni menos, el Rey no pudo comprender esas palabras tan sinceras, porque esas no eran las palabras que él tenía en su cabeza, listo para oír decir, entonces para demostrarle que poseía de más poder que ella, que ella no podía derrumbar con esas palabras lo que él había creado en bases flojas e injustificadas, la desheredo, sin más. Cordelia, es entonces, alguien que si se estima, se valora y conoce lo que quiere, es tan así, que ella sabe que no se casará con alguien a quien ella no quiera en absoluto (caso contrario de las hermanas), y para cuando el padre la desheredó, ella sabía que se casaría con aquel que, sabiendo que ella ya no poseía dote, la aceptará tal y como ella era y con todo de lo que ahora poseía, es por eso que se casa con el Rey de Francia, y como se ve está mujer nunca estuvo desesperada por Poder, ni envidiaba lo de nadie, ni cuando tuvo poder se enloqueció, ni dejo de amar a su padre, a pesar de las acciones de éste.

Sin embargo ¿Cuantos somos como Cordelia? ¿Cuántos tenemos poder y aun así somos justos? Es una pena que Cordelia sea un personaje, ya que en la vida real, no hay quienes actúen como ella, porque aquel que es justo es porque no tiene poder para ser injusto, como bien lo planteaba Platón. Y de esta forma pasa en todos, así sea en lo más mínimo, porque siempre primarán los intereses partículas, siempre estará el Yo por el encima del Tú. Así que para los de baja autoestima a todo lo que he tratado anteriormente se le suma la injusticia, porque el poder que los tiene ciego les permite ser injustos, volvemos al Rey de Britania, que injusticia es todo lo que se puede decir de su acción hacia su hija, está tan cegada por su droga, que cuando su fiel servido Kent, le dice lo injusto que está siento, este lo destierra del reino. Kent es símbolo de la fidelidad, porque llega a disfrazarse para seguir sirviéndole a su amo.

Ahora es el momento para preguntarse dónde quedan los principios éticos y morales de alguien, y la respuesta es sencilla, quien se traiciona nunca tuvo principios, porque esto es la base de cualquier persona, es la base en la que la persona se va a apoyar toda su vida, en todas las decisiones que tome, y por todos los caminos que siga. Por tanto, si alguien con baja autoestima miente para llegar al poder personal de un colega, no tiene principios, si alguien que carece de auto aprecio siente envidia y engaña para llevar al poder económico y sentirse superior que otros no tiene principios, y así hay muchos casos en los que se rompe la relación. Hijos que le quitan el poder económico a sus padres, hermanos que pelean por parte más opulenta de la herencia, un conyuge que envenenan al otro, padres que lastiman para no perder poder personal. Se ha visto en muchas historias en los todos los tiempos, el poder es la droga, que destruye el amor, o lo que se creía amor.

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