CUARENTENA EN LA BUHARDILLA DEL SEXTO B (Oda a la libertad)

– Cuando todo esto termine y pueda exhalar este cautiverio, prometo disfrutar el doble de la vida. Sí, como lo oyes viejo amigo. Abrazaré bien fuerte a la libertad, que ahora parece que se tiende como un espejismo ante nosotros y contemplaré estos barrotes que me encadenan desde bien lejos. Prometo sobrevolar mil atardeceres y no dejar de sorprenderme por los cálidos colores con los que el sol se sumerge. Apaciguaré el despertar de las mañanas con una nueva cantinela enamorada y sentiré como nunca las caricias de la brisa. Cambiaré las vistas del bosque que pintó Dácil con acuarela, para perderme en la auténtica laurisilva que abriga la isla, y te aseguro que el ensordecedor eco del reloj que tenemos en el salón, dará paso al silencio y la paz que te transmite el mar. ¡Oh, viejo amigo!, ¡Qué cargadas vienen mis palabras!, pero lo cierto es que nunca he sido de vivir encerrado bajo murallas y echo de menos la compañía de los míos y lo grande que me sentía, aún siendo tan chico. Cuando todo esto termine y la ventana deje de cercar la realidad que quiero disfrutar, te prometo que pensaré menos y viviré más.

El viejo felino, atónito ante las palabras de su compañero de piso, le regaló una pícara sonrisa mientras ladeaba sus zarpas en círculos.

– Querido Canario de plumaje dorado.- Le respondía mientras ronroneaba.- Cuando todo esto termine, quizás y solo quizás, la conciencia de una tregua a la sandez de la humanidad. Puede que la gente llegue a valorar lo pequeño y se inquiete por algo más de lo que ve ante el espejo. Cuando la vida vuelva a marchar, quizás y solo quizás, tú también puedas volar alto y disfrutar de tu libertad.