El anónimo en letra cursiva y estampado con un beso en rouge fue redactado por una mujer diestra.
La fiscal del caso, la mediática Bárbara Volcan, vendría por los resultados que el perito tendría listos a primera hora de la mañana.
El homicidio había sido perpetrado en la cocina de un juez de instrucción, de fácil excarcelación, y al parecer, el autor del crimen habría condimentado una ensalada con restos del magistrado.
Sí, ensalada de lechuga, tomate y dedos…, con sus uñas brillantes asomando entre el rocío del aceite de oliva y un toque de sal.
Tétrico.
La nota sentenciaba: “Ya no firmará la libertad de ningún violador” Llamó la atención del perito la urgencia con que la fiscal, justamente reconocida por ser víctima de abusos sexuales, solicitaba los resultados.
Esto, sumado a que firmó con la derecha el retiro de la documentación, y al color de labios que dejó en su mejilla al marcharse…
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