CONFINAMIENTO Y DESAYUNO

Fue en la segunda semana cuando llegaron las primeras discusiones por los balcones. Éstas, poco a poco, fueron desplazando progresivamente los aplausos, la musiquita entre vecinos y el falso buen rollito inicial.

Estaba tocando la guitarra en mi cuarto. Intentaba escribir alguna canción sobre el confinamiento, el virus o cualquier cosa para dar la brasa por redes sociales y entretenerme un poco, cuando comencé a escuchar gritos por la ventana que daba a la galería. Dos vecinos habían entrado en una discusión a todas luces prescindible para el resto de la humanidad. Dos hombres. Hombres sabios que no dudan nunca en compartir sus conocimientos por el bien de sus mujeres, del resto de sus amigos y de la humanidad entera.

– ¡Esto es culpa de los chinos! Hay que echarlos a todos para siempre- Dijo el Vecino 1 gritando como si le fuera su (mierda de) vida en ello.

– ¿Pero qué dices?- Replicó el Vecino 2 – Han sido los americanos. Su ejército llevó el virus a China. Estamos en medio de su guerra comercial.

– ¡Pero qué guerra imbécil! Deja de dar la brasa- El vecino 1 nunca se rendía y siempre tenía una teoría absurda imposible de refutar con argumentos. Básicamente porque era incapaz de entenderlos- Todos sabemos que los chinos llevan intentando arruinar este país para después quedárselo – siguió -. Han conseguido bajar los precios con sus tiendas de baratijas de mierda y ahora nos han traído el coronavirus este de los cojones. ¿Dónde están ahora? Han cerrado todos sus comercios y se han ido a su país. Volverán para recoger los escombros y se quedarán con España. ¿No ves que son muchos y allí no caben?

-Pero vamos a ver- me animé- ¿alguien ha visto al puto virus ese? El virus NO existe. Es una maniobra de la CIA para controlarnos. Los gobiernos lo que buscan es controlar nuestras vidas y tenernos siempre localizados. ¿Y qué mejor forma de tenernos localizados que estando en casa? Pensad un poco joder. – Y me fui a tocar la guitarra.