LA METAMORFOSIS DE EVA

LA METAMORFOSIS DE EVA

Su barba y su melena expuestas al viento le provocan una carcajada. Tres meses de clausura han sido suficientes, ahora sabe a qué huele la libertad. Se acabaron los controles, las mascarillas, los dos metros de distancia y las lágrimas nocturnas deseando un abrazo. Ya no puede perder más tiempo, la vida no es eterna. Al cuerno las serpientes venenosas y el huerto del Edén. Mañana se deshará del maquillaje, las medias, los tacones y las pinzas de depilar. El resto vendrá solo. Un pinchazo en la costilla le recuerda de dónde viene y a dónde no quiere regresar.

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