La bola de cristal

La bola de cristal

Fabricio Motta

24/04/2017

EL pequeño Matías recibió de regalo una bola de cristal que brillaba mucho. reflejaba todo el entorno en ese pequeña pieza de vidrio. Pero su papá le dijo; «esto es lo que todo el mundo quiere pero nadie lo puede obtener, cuando comprendas eso sabrás que tampoco te pertenece a tí». Esto le llenó de intriga a Matías porque ahora sabía que tenía lo más valioso en sus manos pero ¡Que no le pertenecía y nunca iba a ser de él!
Así que fué al local donde compran y venden cosas valiosas para ver si lo podría vender (ya que no le pertenecía). Había un anciano de unos ochenta y pico con sus lentes gruesos colgando en lla punta de su nariz y lo miró a Matías por encima del lente y le dijo: «¿Qué necesitas pequeño?»
y matías con rostro medio opacado dijo; «Tengo lo más valioso en el mundo, pero no es mío, es deci, este objeto es mío, pero lo que vale y significa nunca me va a pertenecer. así que quiero saber cunto me da usted por esto.»
El anciano tomo el objeto, sus pupilas se dilataban mientras tomaba la bola de cristal, sonrió y dijo: «¿Sabes pequeño lo que tienes aquí?»
Matías respondió: » no se exactamente»

Entonces el anciano comenzó a explicarle: «Esto simboliza el mundo en tus manos ya que refleja todo tu entorno cuando lo tomas. el ser humano siempre quiso desde tiempos remotos controlar y tener su entorno en sus manos. por ejemplo en la antigüedad el entorno sería los cultivos y el clima. hoy en día sea tal vez el trabajo, la familia y otras esferas de la vida que el hombre quiere controlar. Matías: tal vez lo que te dijo o quiso decirte tu papá con este regalo es que nunca vas a tener el control absoluto de tu entorno y por ello no debes perturbarte. Sabes hay dos mundos de cosas; las que dependen de nosotros y las que no. las que dependen de nosotros son por ejemplo nuestras opiniones, acciones, pensamientos, etc. las que no dependen de nosotros son nuestro cuerpo y nuestro entorno. Tal vez lo que te quiso trasmitir tu padre es que no te preocupes
ni gastes energía tratando de controlar aquellas cosas que escapan a tu control y te centres en las cosas que sí puedes controlar». el niño quedó perplejo y admirado por la enseñanza. Y guardó la bola en su estante como recordatorio de la enseñanza

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