— Entonces, papá, ¿qué es un virus?
El padre volvió a suspirar mientras miraba a su hija pequeña, buscando palabras sencillas.
— Es una enfermedad que se contagia, que a veces puede ser muy peligrosa. Mucha gente se pone muy malita. No quieren salir. Se quedan en casa porque no tienen fuerzas ni ganas de nada.
La hija asentía a todo lo que decía su padre, con cara preocupada.
— ¿Y qué podemos hacer?
— Pues encontrar la fuente del virus y acabar de ella. Hay que evitar a toda costa que nos contamine.
La cara de la niña cambió a una de profunda resolución.
— Esto lo arreglo yo ahora mismo.
Se fue a la cocina, se puso los guantes de fregar y se tapó la boca con un trapo. Luego entró en el salón. Cogió el mando a distancia y apagó la tele, dejando al presentador de las noticias del coronavirus con la palabra en la boca.
— Listo, papá, se acabó.
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