La niña terminó sus oraciones, acostada en su cama.

— … No nos dejes caer en la tentación y líbranos del virus, amen.

Su madre se inclinó y le dio un beso de buenas noches, pero la hija no parecía convencida.

— Mamá…¿la oración que nos enseñó Jesús no terminaba de otra manera?

— Ya no, por lo visto estaba mal. Ahora hay que decirla así.

— Pero mamá, yo creo que…

— No insistas. Es lo que nos han dicho en la tele y por whatsapp.

Su madre salió del dormitorio.La niña cerró los ojos y suspiró aliviada antes de dormirse. Si lo habían dicho en la tele y por whatsapp, es que era verdad.

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